Arroz pilaf

tiempo de cocinado 20' min
numero de comensales 2 personas
tiempo total 20' min
numero de comensales Turca
Calorías por 100g: 389 kcal

Elaboración

  • El primer paso para aprender a elaborar nuestro arroz pilaf es lavar este cereal para retirar el almidón. Aunque en España no es algo muy común, en los países de Oriente Medio, de donde es originaria esta receta, sí que es un paso imprescindible. Después procederemos a cocer el arroz. Para hacerlo, ponemos a hervir los 200 gramos de arroz en agua (aproximadamente unos cuatro vasos de agua) con una pizca de sal. El tiempo de cocción será de entre 15 y 17 minutos. Al terminar, el arroz tiene que estar suelto, así que no lo remuevas durante la cocción. Una vez que el arroz esté cocido, lo escurriremos y lo reservaremos aparte.

    Cocemos el arroz

  • Mientras se cuece el arroz, vamos picando los dientes de ajo en láminas y troceamos la cebolla, para usarla más tarde.

  • En una sartén, ponemos aceite y la calentamos a fuego medio. Ponemos primero el ajo y, cuando lo tengamos ya doradito, incorporamos la cebolla troceada, que iremos pochando poco a poco. El secreto para un buen pochado es la paciencia, así que tranquilo, deja que se tome su tiempo

    Sofreímos el ajo y la cebolla con aceite

  • Cuando ya estén pochados el ajo y la cebolla, pon el arroz en la misma sartén y saltéala para que el cereal se impregne del sabor de los demás ingredientes.

  • Pica también la albahaca muy fina y trocea las nueces.

  • Añade la albahaca picada y las nueces troceadas y salpimenta al gusto. De preferencia, muele la pimienta en el momento de añadirla, ya que esto le dará un toque especial al plato.

    Incorporamos el arroz y añadimo la albahaca picada y las nueces troceadas y salpimentamos al gusto

    Finalmente, mezcla bien todos los ingredientes en la sartén y saltea durante unos tres o cuatro minutos más. ¡Y listo para servir!

Vídeo receta

Sugerencia para el emplatado

A la hora de emplatar, se puede elaborar una especie de salsa para acompañar al arroz con los mismos ingredientes que hemos utilizado para darle al plato mayor intensidad de sabor. Así, podemos picar unos trozos más de nueces y albahaca y ponerlos en un bol, con un chorro abundante de aceite de oliva.

Y, si ya quieres ser todo un profesional a la hora de presentar tu arroz pilaf, puedes ayudarte de un molde, ya sea cuadrado o redondo, que te permita dar forma al arroz. Introduce el arroz dentro del molde y lo aplastas con una cuchara de madera para que no pierda la forma una vez que lo desmoldes. Cuando ya tengas el cereal fuera del molde, puedes regarlo con la salsita que hemos hecho a base de nueces, albahaca y aceite y hacer que tu plato luzca inmejorable.

Origen del arroz pilaf

¿Sabías que el arroz pilaf tiene origen turco o persa? A lo largo de los países de Oriente Medio, Cercano Oriente o incluso India, la región del Cáucaso y la península de los Balcanes es un plato muy conocido y que cuenta con numerosas variantes. El arroz pilaf también se conoce como arroz pulaw o pulau y puede acompañarse de otros ingredientes además de los que hemos añadido en nuestra receta, como pueden ser distintas hortalizas, carne de borrego o pollo e incluso a veces algún pescado. Eso sí, siempre va acompañado de condimentos picantes, que le dan un sabor único a este plato.

Las primeras referencias literarias acerca de este plato se remontan a la historia de Alejandro Magno y, cómo no podía ser de otro modo en tantos años de historia, su elaboración ha ido evolucionando y cambiando a lo largo de los años, de igual manera que se concibe de manera distinta según el país en el que estamos disfrutando de este arroz pilaf. En algunas recetas, el arroz simplemente lleva algo de grasa y el agua con la que se hierve, mientras que para otras puede llevar diversos ingredientes.

Normalmente el arroz pilaf se sirve como entrante o acompañamiento a otros platos y, aunque en España lo cocinamos tan solo con aceite, cebolla, ajo, perejil y pimienta, hay otras culturas en las que las especias son la cara protagonista de este arroz. En muchos lugares, suele tomarse acompañado de té como bebida principal.

En algunos países, como Grecia, es un plato muy tradicional que se sirve incluso en las bodas. En Libia también se sirve en estos eventos y la tradición es que la novia sirva este plato a sus familiares y amigos antes de comenzar la ceremonia de matrimonio. En este caso, el arroz pilaf lleva otros frutos secos, como son las almendras, e incluye pasas, mantequilla, azúcar canela en polvo e incluso miel.

En otros países, como la India, es muy común ver este tipo de arroz acompañando platos como el famoso pollo tikka masala o el pollo al curry; mientras que en Rumanía se acerca mucho a nuestro clásico arroz blanco.

Algunas de las recetas que podemos encontrar en varios de los países en los que este arroz pilaf es típico incorporan guisantes, pimiento, ralladura de naranja, hojas de laurel, yemas de huevo, mostaza y un sinfín de especias. La mayoría de las recetas incluyen como elemento imprescindible un poquito de azafrán molido para darle un color muy especial y muy característico de los platos orientales.

Acompañamiento para el arroz pilaf

Puede ser que quieras elaborar esta receta como un acompañamiento a otro plato más contundente. Y es que el arroz pilaf va estupendo con platos de carne como el lomo de cerdo relleno, o, por ejemplo, con pollo al curry, si especias poco el arroz. Sin embargo, la carne más típica para acompañar este plato es la de cordero.

También puedes preparar un delicioso plato vegano acompañando y mezclando el arroz con unas lentejas o garbanzos cocidos, que además le aportan un valor nutricional extra. Otro acompañamiento perfecto para un arroz pilaf vegano son unas setas salteadas. Así puedes conseguir platos únicos llenos de nutrientes y que te sacarán de un apuro en más de una ocasión.

Un truquito también para darle algo de variedad al arroz pilaf es mezclarlo con granos de arroz basmati o jazmín. Esta diversidad de formas y colores en los granos de arroz le dará al plato un aspecto totalmente distinto, mucho más aromático y más característico.

Además, este plato puede reservarse en la nevera durante algunos días y así poder ir sirviéndolo de acompañamiento en varios platos que vayas haciendo durante la semana. En poco más de media hora de preparación, podemos tener una reserva de varias comidas que nos pueden ser de lo más útiles.