Arroz con salchichas y fritas de zanahorias

Calorías por ración: 445 kcal

Elaboración

  • Ingredientes arroz con salchichas

    ¿Qué te parecería unir algunos de tus ingredientes favoritos en un único plato? Pues estás de suerte, porque nos hemos propuesto sorprenderte con esta receta fácil y rápida.

    Vamos a transformar una comida que seguro que te ha acompañado durante toda la vida -las salchichas con arroz-, en un plato nuevo y delicioso, gracias a la zanahoria y el aguacate.

    ¡Vamos a ello!

    LAS FRITAS DE ZANAHORIA

    Empezamos con las zanahorias. Lo primero que debes hacer es pelarlas y lavarlas para, a continuación, cortarlas en bastoncitos al estilo de las patatas fritas. Te recomendamos que no sean demasiado gordos para que no queden crudos por dentro cuando los frías.

    Dicho esto, toca poner el aceite al fuego. Coge un cazo y llénalo de abundante aceite para freír. Cuando esté caliente, añade las zanahorias y fríelas hasta que veas que empiezan a dorarse por fuera. El tiempo dependerá del grosor de los bastoncitos, pero en unos 8 – 10 minutos deben de estar listos.

    Saca las zanahorias del aceite con una espumadera y ponlas en una fuente con papel absorbente para retirar el exceso de grasa. Y ahora, salpimienta al gusto. Te recomendamos que les añadas sal y pimienta, y que espolvorees tomillo fresco para aromatizar.

    Fritas de zanahoria

    Si prefieres preparar una versión más saludable de las fritas de zanahoria, puedes hacerlo usando primero el microondas y después el horno. ¿Cómo? Muy sencillo: cocina los bastones de zanahoria al vapor en un recipiente apto para microondas durante 6 minutos. A continuación, termínalas en el horno durante unos 20 minutos a 180 grados o hasta que obtengas el dorado deseado. Y por supuesto, también puedes hacer esta operación en una freidora de aire.

    LA CREMA DE AGUACATE

    Crema de aguacate

    Añade en un vaso para batir medio aguacate, el diente de ajo, una pizca de sal y las cucharadas de yogur. Tritura todos estos ingredientes hasta obtener una crema homogénea, a ser posible sin brumos. ¡Ah! Y si necesitas rectificar su espesor o simplemente la prefieres más ligera, puedes añadirle un poco de agua.

    SOLO FALTAN LAS SALCHICHAS Y EL ARROZ

    Vamos con las salchichas. Echa un poco de aceite de oliva en una sartén y cocina las salchichas a la plancha teniendo en cuenta que queden bien doradas por todas partes. Un consejo: antes de ponerlas en la sartén, hazles unas cuantas incisiones para que no se queden crudas por dentro.

    Cuando las salchichas ya casi estén, abre ligeramente el vasito de arroz redondo Brillante e introdúcelo en el microondas durante 1 minuto.

    Ya solo queda emplatar. Te decimos cómo: añade el arroz al plato junto a las salchichas y un bouquet de hojas verdes. Y por último, pon las fritas de zanahoria y la salsa de aguacate en salseras. De esta forma, podrás tener un plato principal en el que mojar y mezclar sabores como se te antoje.

    ¡Buen provecho!

    Arroz con salchichas y fritas de zanahoria

Vídeo receta

Arroz con salchichas y zanahorias fritas

¿Sabes que las salchichas tienen más de 4.000 años?

Obviamente no nos estamos refiriendo a las que estás cocinando, a pesar de que puedan tener un amplio margen en la fecha de caducidad.  Nos referimos a los orígenes de las propias salchichas, que se remontan al año 2.000 a.C.

Fue la civilización babilónica, que vivía en la zona del Irak actual, la primera que al parecer tuvo la brillante idea de rellenar las tripas del cerdo con carne del mismo animal, para cumplir a raja tabla el famoso dicho que dice que “del cerdo, hasta los andares”. Hecho esto, las anudaban por las puntas y las cocinaban al fuego.

También los griegos fueron ‘salchicha lovers’, tal y como documenta el propio Homero en la Odisea, aunque parece ser que preferían otro relleno: “Cuando un hombre junto a la lumbre rellena una salchicha de grasa y sangre, y la vuelve de un lado a otro, lo que espera es únicamente que tarde poco en asarse”.

Esta tradición culinaria también fue adoptada por los romanos que, como no podía ser de otro modo, la veneraron y la magnificaron de tal forma, que hoy se les considera los padres de la ‘salchicha moderna’ o, mejor dicho, de la chacina. La salchicha gruesa, la fina, la enjuta, el salchichón, la morcilla y hasta la mortadela o el jamón fueron inventados por los romanos.

Desde entonces, las salchichas han continuado su periplo a lo largo de toda la historia y la geografía hasta llegar al plato que tienes por delante hoy día. Y, por suerte para ti, las hay de todo tipo: de cerdo, de ternera, de pollo, de pavo, picantes, ahumadas, de Frankfurt…

Cómo conservar las zanahorias para que duren lo máximo posible

Podemos utilizarlas para ensaladas o guisos, en guarniciones, fritas o como snacks; hay multitud de formas de consumir las zanahorias. Por eso es normal que cuando vamos por ellas a la frutería las compremos en grandes cantidades. Y claro, aquí está el quid de la cuestión: si no las consumes pronto, se ponen blandas, arrugadas o mohosas.

Pero esto tiene solución. Basta con conservar las zanahorias siguiendo los consejos que te indicamos a continuación para que te aguanten frescas durante semanas y hasta meses en el caso de que optes por guardarlas en el congelador. Toma nota:

– En un recipiente con agua. Pélalas e introdúcelas hasta que queden cubiertas por completo. Lo ideal es ir cambiando el agua cuando veas que se enturbie. De esta forma, las zanahorias pueden durar hasta varias semanas.

– Envueltas en hojas de papel de cocina húmedo. Basta con que compruebes de vez en cuando que el papel sigue húmedo y, en el caso contrario, mojarlo o cambiarlo por otro. De esta forma también pueden durarte varias semanas.

– Quítale las hojas verdes. En ambos casos, hay que cortarle las hojas verdes en el caso de que las traigan, ya que estas absorberían el agua, haciendo que las zanahorias se deterioren más rápidamente.

– Córtalas y congélalas. Pélalas y córtalas a rodajas o en dados, hiérvelas unos minutos (échalas cuando el agua se ponga a hervir y sácalas justo después), pásalas por agua fría y listo, ya las puedes meter en el congelador para que te duren varios meses. Eso sí, estas no te servirán para preparaciones en crudo.