Cómo preparar sarmale: la receta rumana auténtica

Preparando el repollo

Comenzamos nuestra aventura culinaria hirviendo el repollo durante unos 30 a 40 minutos, hasta que las hojas se ablanden y sean fáciles de manejar. Este paso es crucial para asegurar que las hojas puedan enrollarse fácilmente sin romperse, manteniendo la integridad de cada sarmale.

Una vez que el repollo esté listo, procedemos a retirar cuidadosamente las hojas, cortándolas por la mitad y quitando el centro grueso. Este proceso no solo facilita el enrollado posterior, sino que también garantiza una cocción uniforme de los sarmale, permitiendo que los sabores se fusionen perfectamente.

El sofrito: base de sabor

El siguiente paso es dorar la cebolla y los ajos en aceite de oliva virgen extra, hasta que estén suavemente caramelizados. Luego, incorporamos la pasta de tomate, pimienta y tomillo, creando una base rica en sabor que será absorbida por el arroz y la carne.

Agrega el arroz: ingrediente clave en la receta

Tras obtener un sofrito homogéneo, añadimos el arroz Sabroz, mezclando bien para que se impregne de todos los sabores. Este tipo de arroz es ideal para los sarmale, gracias a su capacidad para absorber los jugos y mantenerse entero durante la cocción, aportando una textura perfecta al relleno.

Creando el relleno perfecto

El siguiente paso involucra combinar la carne picada de cerdo con nuestra mezcla de arroz y sofrito, añadiendo una pizca de sal para realzar los sabores. Es importante mezclar bien para asegurar que cada ingrediente se distribuya uniformemente.

Enrollando con los rollitos con maestría

Con las hojas de repollo ya preparadas, procedemos a rellenarlas con una porción de nuestra mezcla de carne y arroz. Es crucial cortar las partes duras del tallo para facilitar este proceso. Si las hojas son demasiado grandes, las cortamos en dos, asegurando que cada sarmale sea del tamaño perfecto para una cocción uniforme y una presentación impecable.

El enrollado debe hacerse con cuidado, colocando una bolita de relleno en cada hoja y enrollándola firmemente para evitar que se deshaga durante la cocción. Este paso no solo es un arte, sino también la clave para conseguir sarmale que mantengan su forma y estén repletos de sabor.

Cocción de los rollitos: uniendo sabores

Una vez enrollados, colocamos los sarmale en la olla sobre una cama de repollo picado. Esta técnica no solo aprovecha al máximo el repollo, sino que también añade una capa extra de sabor y previene que los sarmale se peguen al fondo de la olla. Al completar una capa, espolvoreamos más laurel, pimienta y tomillo. Por último, vertemos la salsa de tomate sobre los sarmale y terminamos con una capa final de repollo.

El toque final: servir y disfrutar

Después, añade varios vasos de agua y tapa la sartén. Deja cocinar a fuego lento hasta que los sarmale estén tiernos, jugosos y listos para ser disfrutados. La paciencia se ve recompensada con un plato que es un verdadero reflejo de la cocina rumana, listo para ser servido y compartido. Para servir, colocamos los sarmale en un plato y los decoramos con cebollino fresco, añadiendo un toque de color y frescura.