Arroz frito con huevo: receta tradicional y sencilla

Preparación del arroz

Comenzar con un buen arroz es esencial. Si tienes arroz del día anterior, es perfecto; de lo contrario, cocina el arroz siguiendo las instrucciones habituales. Una vez cocido, es crucial escurrirlo bien para quitarle el exceso de agua y garantizar la textura que deseamos para nuestro arroz frito.

Enriqueciendo el arroz

El siguiente paso es infundir el arroz con un sabor adicional. Separa las yemas de los huevos y mézclalas cuidadosamente con el arroz. Este proceso aporta un sabor suave y una textura cremosa al plato. Además, prepara el arroz para absorber mejor los sabores que añadiremos más adelante.

El sofrito, el corazón del plato

Un sofrito bien elaborado es clave en cualquier arroz frito. Calienta un poco de aceite de sésamo en una sartén y añade la cebolla morada, la zanahoria y los guisantes, todo cortado en brunoise. Si usas guisantes congelados, recuerda cocerlos antes para añadirlos después al sofrito. Este paso construye las capas de sabor y añade una textura crujiente y colores vibrantes al plato. Incorpora el jengibre y sazona con sal y pimienta al gusto.

Uniendo los sabores

Ahora, lleva el arroz con las yemas a la sartén donde has calentado un poco de aceite de sésamo. Deja que el arroz se dore ligeramente, revolviendo constantemente. Este proceso permite que el arroz adquiera una textura única y que los sabores se fusionen perfectamente. Ahora, es el momento de añadir el sofrito al arroz. Mezcla bien para asegurarte de que cada grano de arroz esté envuelto en el sabor y la textura del sofrito.

Presentación. El toque final

Para terminar, remata el plato con un poco de cebolleta verde cortada fina y semillas de sésamo tostado negro. Esta decoración añade un contraste de texturas y un toque de frescura y color que eleva el nivel del plato. ¡Buen provecho!