Galinhada: un abrazo de sabores brasileños

Antes de empezar a cocinar tu galinhada, asegúrate de tener todo listo. Imagínate que eres un maestro pintor preparando su lienzo. Así que reúne 300 g de pollo, tus vasitos de arroz Basmati, pimiento, tomates, y demás ingredientes. Esta es una receta que, si te organizas, fluye con gracia y rapidez.

Este plato único brasileño no solo llena el paladar sino también el alma. ¡Ya verás como el aroma del ajo y cebolla mientras los sofríes te transporta a una cocina cálida y familiar! No te olvides de ese caldo de pollo, que es el verdadero secreto del sabor. ¡Disfrutarás cocinando esta galinhada tanto como degustándola!

2 - Prepara la marinada que hará magia

Vamos a darle al pollo un toque mágico con una marinada de las que hacen historia. Piensa en ese sabor profundo y delicioso que se queda después de un buen abrazo. Marínalo con perejil, cilantro, ajo y jugo de limón, y déjalo reposar en el frigorífico. Pocos ingredientes frescos, pero vaya, ¡qué aroma!

Cuando ya tengas todo listo, mezcla el pollo con esa marinada y olvídate del reloj un ratito mientras reposa en el frigorífico al menos 30 minutos. Es como permitir que los ingredientes tengan su fiestecita interna. Eso sí, no pierdas de vista la galinhada. ¡Todo buen plato tiene su tiempo para brillar!

3 - Crea un sofrito lleno de sabor

Mientras el pollo se relame en su marinada, es el momento perfecto para meterle mano al sofrito. En una olla, calienta un poco de aceite de oliva y deja que la cebolla y el pimiento rojo, cortados a gusto del chef, bailen a fuego medio hasta estar tiernos. Sigue con los tomates y deja que todo se una en una salsa espesa. Este paso es crucial, ya que el sofrito es la base del sabor de nuestra galinhada.

Ahora, es turno del pollo. Agrega esas piezas marinadas a la olla y deja que se doren por todos lados. Este proceso carameliza los jugos del pollo, intensificando el sabor del plato. Y ahí lo tienes, una galinhada de esas que te transportan a un festín brasileño lleno de alegría.

4 - Cocina el arroz hasta que esté perfecto

¡Ahora empieza la magia de la galinhada! Añade el caldo de pollo junto con la infusión de azafrán. Cuando el líquido esté burbujeando con entusiasmo, incorpora los Vasitos de Arroz Basmati de los Vasitos Brillante. Deja que el arroz disfrute del calorcito durante un par de minutos, removiéndolo para que no se quede pegado.

Fusiona todo el arroz con el sofrito y el pollo, favoreciendo un baile de sabores. Si te animas, un puñadito de guisantes no vendría mal para ese toque de color. Aunque en esta receta nos hemos decidido por un enfoque más tradicional. ¡Ah, la galinhada es una delicia brasileña que nunca decepciona!

5 - Deja reposar y sirve con amor

Apaga el fuego y, siéntate unos minutos a disfrutar del aroma mientras la galinhada reposa. Este paso es vital para que los sabores hagan el baile final en el arroz y terminen de absorber todo ese caldo maravilloso.

Finalmente, salpimenta al gusto y dale un toque fresco decorando con perejil. Este toque no solo embellece, sino que añade un aroma encantador. Sirve la galinhada caliente y, con una sonrisa, lleva este clásico brasileño a tu mesa familiar.