Arroz al horno con costillas al estilo casero

1 - Prepara todos los ingredientes para tu arroz al horno

¡Vamos allá con el arroz al horno con costillas! Para empezar bien, pela y pica los dientes de ajo, la cebolla y el pimiento verde. Vamos a querer trozos pequeños que se unan en un delicioso sofrito. Ralla el tomate con confianza, que quede suave como un día de descanso.

Prepara las hebras de azafrán, son el secreto para un aroma espectacular. Pronto las infusionaremos como en toda buena receta mediterránea. Mide con cariño el arroz Sabroz Brillante, el caldo de huesos y el vino tinto. Estos pilares harán de este plato una experiencia reconfortante, ideal para un domingo familiar.

2 - Dora las costillas para sacarle todo el sabor

Calienta un chorrito de aceite de oliva virgen extra en una cazuela grande a fuego medio-alto. Aquí empieza la magia. Añade las costillas troceadas y dóralas por todos los lados hasta que estén bien selladas y adquieran un bonito color dorado. Aprovecha y disfruta del aroma que empieza a llenar la cocina.

No te saltes este paso, ya que aquí se concentran los jugos y el sabor de la carne. Una vez doradas, retíralas y resérvalas en un plato mientras preparas el sofrito. Este arroz al horno con costillas te llevará directo a la cocina de tu abuela.

3 - Sofríe y mezcla los ingredientes con cariño

En la misma cazuela, con la grasita que han soltado las costillas, añade la cebolla picada y sofríela a fuego medio hasta que caramelice. Esto le dará un toque dulce y profundo al guiso. Luego, incorpora los ajos picados y el pimiento verde. Sofríe todo junto durante unos minutos hasta que el pimiento esté tierno y el sofrito tenga una textura espesa y homogénea. Añade el tomate rallado y cocina hasta que se reduzca.

4 - Añade el vino y las especias para darle vida

Entonces, ya casi estamos listos para llenar de aroma toda la casa. Vierte con confianza ½ vaso de vino tinto en la cazuela y aumenta un poco el calorcito para que el alcohol desaparezca. Dale unos minutos mientras el líquido se reduce, casi como un susurro desapareciendo.

Cuando el vino haya hecho su magia y casi no quede ni rastro, añade una cucharadita encantadora de carne de pimiento choricero junto con ese pimentón dulce de la Vera que tanto nos gusta. Devuelve las costillas a la cazuela y mezcla como si de un cálido abrazo de sabores se tratara, cuidando de que el pimentón no se venga abajo. ¡Y ahora, prepárate para disfrutar del arroz al horno con costillas!

5 - Cocina a fuego lento hasta que las costillas estén tiernas

Añade el litro de caldo de huesos caliente a la olla con amor culinario. Asegúrate de que las costillas quedan bien cubiertas, como si las envolvieras en un abrazo de domingo. Deja que hierva y luego baja el fuego a medio-bajo, dejando que todos los sabores se entremezclen con calma.

Déjalo cocinar durante unos 30-40 minutos. Remueve ocasionalmente, imaginando cómo las costillas se van ablandando y absorbiendo todas las especias. Al final, tendrás una mezcla deliciosa donde la carne y el arroz al horno con costillas juegan en perfecta armonía, listo para sorprender a tus comensales.

6 - Agrega el arroz y termina la magia en el horno

Pasado ese tiempo, hay que añadir el arroz Sabroz Brillante y las hebras de azafrán ya infusionadas. Remueve suavemente mientras lo mezclas todo a fuego medio durante unos 10 minutos. El truco está en moverlo con cuidado, como si estuvieras acunando el plato. De esta manera, se reparten bien todos los ingredientes.

Con el horno precalentado a 200°C, es momento de meter la cazuela. Esta es la parte mágica: deja que el arroz termine de absorber el jugoso caldo y se forme esa apetecible capa dorada que a todos nos encanta. En solo 10 minutitos tendrás un arroz al horno con costillas para chuparse los dedos.

7 - Deja reposar y disfruta de tu deliciosa creación

Con guantes de cocina en mano, saca la cazuela del horno y deja que el arroz repose durante unos 5 minutos. Sí, sé que la espera es dura, pero este pequeño truco permite que los sabores se asienten de tal manera que, al servirlo, cada bocado sea una fiesta. ¿Ves? No era tan complicado. Ahora, emplatemos ese arroz al horno con costillas bien caliente y a disfrutar en buena compañía. En serio, es una de esas recetas que te hacen sentir como si estuvieras en un domingo familiar, con la cocina llena de aromas de hogar. ¡A gozar!