Sarmale, el delicioso abrazo de la cocina rumana

1 - Cocemos el repollo hasta que esté manejable

Empezamos este delicioso viaje culinario sumergiendo las hojas de col en agua hirviendo durante unos 30 a 40 minutos. Asegúrate de que se ablanden bien para que puedas manejarlas sin problemas. Este truco es esencial para enrollar los sarmale de manera que queden perfectos, sin que se rompan.

Cuando las hojas estén listas, retíralas con cuidado, córtalas por la mitad y quita el centro grueso. Esto no solo facilita el siguiente paso, el enrollado, sino que también hace que los sabrosos rollitos rumanos se cocinen por igual y absorban todos los aromas. ¡El resultado será un plato lleno de sabor y tradición!

2 - Comenzamos a dorar la cebolla y los ajos

¡Vamos a darle un poco de amor a nuestra base! En una sartén a fuego medio, dora la cebolla y los ajos con aceite de oliva virgen extra. Cuando el ajo empiece a bailar en la sartén, añade la pasta de tomate, pimienta y tomillo. Deja que estos sabores se mezclen antes de que el arroz y la carne se unan a la diversión.

3 - Añadimos el arroz para dar vida al relleno

Con el sofrito emitiendo ese aroma irresistible, es hora de darle protagonismo al arroz Sabroz. Vierte lentamente el arroz en la mezcla y siente la fusión de sabores. ¡Pon los cinco sentivos en la cocina! Este arroz es ideal para los sarmale, absorbiendo los jugos como un experto y manteniéndose entero, listo para una textura perfecta en tus rollitos de carne.

4 - Unimos la carne y el arroz: ¡a mezclarlo todo!

¡Aquí viene la parte divertida de los sarmale! Llega lahora de juntar la deliciosa carne de cerdo picada con el arroz esponjoso y esa calidez que aporta el sofrito. Añade una pizca de sal como quien envía un susurro de amor. Mezcla con ganas para que cada bocado sea una explosión de sabores. ¿Quién no querría hincarle el diente luego a estos rollitos de carne?

5 - Rellenamos las hojas con cariño

Imagina que tienes ante ti un conjunto de hojas de repollo listas para la acción. Con suavidad, pero con la seguridad de quien ya ha aprendido, rellena cada hoja con una porción de esa mezcla irresistible de carne y arroz. ¿Y si la hoja es demasiado grande? No pasa nada, córtala en dos partes y listo.

Con un toque certero, coloca una bolita de relleno en cada hoja y enrolla con la misma precisión que usarías para un rollito de carne perfecto. Este es uno de esos momentos mágicos donde la tradición rumana cobra vida en tus manos. Recuerda, el arte está en enrollar firmemente sin que se deshaga. ¡Enróllate con precisión y seguro que no queda ni uno!

6 - Cocinamos los sarmale y fusionamos sabores

Imagina esos rollitos de carne, nuestros queridos sarmale, bien apretaditos y descansando en una cama de repollo picado dentro de la olla. Esto no solo es un truco para aprovechar al máximo el repollo, sino que algunos ya habrán descubierto que además previene que se peguen al fondo.

Una vez que has completado una capa, añade un toque mágico: espolvoreamos laurel, pimienta y tomillo, y terminamos con la salsa de tomate antes de darles su última capa de repollo.

Después de distribuir las medias hojas de repollo, añade varios vasos de agua, suficiente para cubrir los sarmale, y tapa la sartén con cariño. Deja que el fuego lento haga su magia. La paciencia es clave aquí, ya que transformará los rollitos de carne en un verdadero reflejo de la cocina rumana. ¡Bellos de punta!

7 - Listos para servir y disfrutar juntos

Una vez tiernos, despliega tus sarmale en un plato, poniendo especial atención a la presentación. Decora con delicadeza utilizando cebollino fresco, aportando así un toque de color y frescura a este delicioso plato. Ahora, ¡prepárate para disfrutar de esta joya culinaria que conquistará corazones!