Arroz con secreto y setas al estilo tradicional

1 - ¡Vamos a empezar a cocinar!

Para darle un arranque espectacular a tu arroz con secreto y setas, calienta un poco de aceite de oliva en una sartén amplia o paellera. Cuando el aroma te envuelva, añade el secreto ibérico troceado. Cocina hasta que la carne esté dorada y la cocina huela que alimenta.

Una vez que el secreto luce radiante, retíralo y resérvalo. No te preocupes si te tienta probar un trocito, ¡es parte del proceso! Sigamos con los siguientes pasos para crear este delicioso plato principal que impresionará a todos.

2 - Sofreír y disfrutar del aroma del sofrito

Con el olor del sabor de casa impregnando la cocina, pon en la sartén los ajos picados y la cebolla picada finamente. Después, incorpora  los tomates rallados y el pimentón dulce. Deja que el sofrito reduzca a fuego medio-bajo hasta que sus sabores convivan armónicamente.

3 - Dale la bienvenida a las setas, el alma del plato

Añade las setas bien limpias y cortadas a la sartén, dejándolas compartir protagonismo con el sofrito. Piensa en esta mezcla como el momento en el que todo empieza a cobrar sentido, como cuando veías a tu abuela cocinar y sabías que algo especial estaba por llegar. Remueve ocasionalmente, esperando a que las setas se pongan tiernas y reduzcan su volumen.

4 - Mezclar y cocinar: que todo se una en sabor

Aquí llega el momento del arroz Sabroz al protagonismo! Espárcelo en la sartén como si estuvieras decorando un pastel y ¡remueve, que no se diga! Así te asegurarás de que se impregne de ese toque irresistible de sofrito y setas. Ahora, con mucho mimo, vierte el caldo de ave caliente y añade un toque de azafrán.

A mitad de cocción perfuma con un poquito de romero suelto. Cocina a fuego medio, sin tocar demasiado el arroz. Deja que se acomode tranquilamente, absorbiendo cada gota de caldo, hasta que esté casi listo. ¡Y recuerda, no estás haciendo una paella, sino un sabroso arroz con secreto y setas!

5 - Finalmente, la carne que dará un plus de sabor

Justo cuando al arroz le falte un suspiro para estar listo, reincorpora el secreto ibérico dorado que habías reservado. Distribuye con cariño entre el arroz, dejando que se calienten juntos y se fundan los sabores. Cuando esté cocido y todo el caldo haya desaparecido, retira del fuego.

El toque final es fácil pero clave: unas ramitas de romero fresco. No solo lo harán más aromático, sino que también le darán un giro visual que lo elevará a un plato principal digno de celebración. ¿Y quién dice que no puedes impresionar en casa?