Si hubiera un santo grial de recetas rápidas, sanas, nutritivas y que gusten a todos por igual, seguro que el arroz a la cubana estaría en el TOP 10.
Eso sí, has de saber que, como todo en esta vida, la forma de cocinar el arroz a la cubana también ha evolucionado. Y aunque puedes decantarte por seguir haciendo la receta tradicional de toda la vida, siempre puedes innovar con esta rica receta que puedes hacer tanto con un arroz tradicional como con los Vasitos de Arroz Brillante.
Esta última opción es la que vamos a contarte a continuación. Presta atención porque… ¡Empezamos!

LA SALSA DE TOMATE
Vamos a empezar haciendo la salsa de tomate. Para ello, añade aceite de oliva a una olla pequeña y llévalo a fuego fuerte.
Mientras que el aceite coge calor, pica el diente de ajo en trocitos finos y añádelos a la olla cuando esté muy caliente. Remuévelo y baja el fuego para que consigamos confitar el ajo (y no quemarlo). Ojo, porque en este paso está parte de la clave del éxito de nuestra receta. Si el ajo se quemara, estropearía el sabor de la salsa de tomate.
Cuando empiece a coger color, añade el tomate triturado, la canela y el tomillo. Mezcla bien y vuelve a subir el fuego hasta que la salsa empiece a hervir. Cuando lo haga, baja el fuego y cocina unos 20 minutos o hasta que reduzca a tu gusto.
EL PLÁTANO CARAMELIZADO
Mientras la salsa de tomate hace chup-chup, vamos a caramelizar el plátano en una sartén antiadherente.
Lo primero que debes saber es que no cualquier plátano vale. Lo ideal es utilizar una pieza que no esté demasiado madura. Cuando la tengas, pélala y córtala en rodajas muy finas, que tengan aproximadamente medio centímetro de grosor.
A continuación, funde la mantequilla en la sartén y añade el azúcar y el zumo de limón. Baja el fuego al mínimo y remueve hasta que el azúcar se disuelva y se forme el caramelo.
Es entonces cuando toca añadir las rodajas de plátano. Báñalas en el caramelo durante unos minutos. Verás que se irá formando una película de caramelo alrededor de cada pieza. Cuidado al retirarlos porque como imaginarás… ¡Quema!

EL HUEVO FRITO
Aunque seguramente pienses que freír un huevo no tiene ciencia ninguna y que cualquiera puede hacerlo, te sorprendería saber que para muchas personas puede llegar a ser todo un reto. Como no sabemos si te encuentras entre esos pocos incomprendidos y nuestra meta es ponértelo lo más fácil posible, ahí van unas nociones:
Añade aceite de oliva de poca graduación a una sartén antiadherente (lo suficiente para llenar unos milímetros el fondo). Cuando esté bien caliente, sin llegar a humear, echa el huevo y baja un poco el fuego.
Salpimiéntalo y cocínalo a tu gusto, es decir: con sal, con pimienta, poco hecho, muy hecho, con la yema cruda, cocida… Por ejemplo: si quieres huevo con puntillita, tendrás que mantener el aceite bien caliente y esperar a que la clara coja ese dorado característico; o si quisieras una yema poco cuajada, no lo cocines más de 2 minutos.
¡YA CASI ESTAMOS!
Con la salsa, el plátano y el huevo preparados, ya solo nos queda el último detalle -que no por ello el menos importante-: ¡El arroz!
Abre ligeramente el vasito de arroz redondo e introdúcelo en el microondas durante 1 minuto. Una vez que esté listo, sácalo y añádelo al plato, ponle encima dos buenas cucharadas de salsa de tomate, el huevo frito y esparce las láminas de plátano caramelizado. Por último, puedes decorar con tomillo fresco
¡Buen provecho!
