1 - Prepara todos los ingredientes y sueña despierto
Antes de embarcarte en esta aventura culinaria del risotto de gambas, asegúrate de tener a mano todos los ingredientes. Limpia con cariño y corta las setas variadas en trozos pequeños, como si fueran joyas de la naturaleza. Pica finamente la cebolla morada y ten listos 200 g de gambas peladas, ¡un auténtico tesoro marino está por llegar!
Mide con precisión 300 g de arroz Sabroz, el mejor compañero para este risotto por su increíble capacidad de absorción sin perder ni un ápice de textura. Si te pica la curiosidad sobre este ingrediente clave, no dudes en descubrir los aspectos a tener en cuenta para elegir el mejor arroz para risottos.

2 - Dora las gambas para darles sabor
Enciende el fuego a medio, y deja que el aceite de oliva haga su magia en la sartén. Las gambas, que esperan ansiosas, tomarán ese dorado perfecto en unos 3 minutos por lado. Así que no te olvides, tienen que estar rosadas y bien cocidas. ¡Ojo! Es fácil dejarse llevar y pasarse.
Una vez listas las gambas, retíralas y déjalas a un ladito. Este risotto de gambas ya tiene su parte protagonista, pero aún falta la diversión en el siguiente paso. ¡No te preocupes, que muy pronto volverán al escenario! ¿A que ya huele bien?

3 - Sofríe chalotas y setas para el aroma
En la misma sartén donde cocinaste las gambas, añade un trozo de mantequilla y deja que se derrita lentamente. Una vez líquida, sofríe las chalotas picadas finamente durante unos 5 minutos, hasta que sus aromas llenen la cocina y se vuelvan tiernas y translúcidas, como si estuvieran listas para un espectáculo.
Incorpora las setas troceadas y cocínalas durante 4-5 minutos más, removiendo de vez en cuando. El objetivo es dejarlas que suelten todo su aroma, integrándose con las chalotas. Pronto, tu risotto de gambas tendrá un inolvidable toque a hierba fresca en cada bocado.

4 - Tuesta el arroz para mejorar su textura
¡Vamos a darle un giro a nuestro risotto de gambas! Agarra tu arroz Sabroz y déjalo suavemente en la cazuela junto al sofrito. Remueve con ganas, como si estuvieras bailando al ritmo de una canción pegajosa, durante un par de minutos. Verás cómo los granos empiezan a brillar, listos para la fiesta de sabores.
Este paso es crucial para que el risotto quede cremoso y delicioso. ¿Te imaginas perder esa deliciosa textura por no remover bien? ¡Inconcebible! Mientras remueves, asegúrate de que el arroz absorba cada gota del mágico sofrito. Es como el enamorarse.

5 - Añade vino y caldo poco a poco
LLega otro momento épico, el arroz, que es el anfitrión, es regado con medio vaso de Lambrusco, siente el sutil aroma que se desprende. No olvides remover con suavidad, dejando que el alcohol se evapore lentamente, y prepara el escenario para una deliciosa sinfonía de sabores.
Ahora, con toda la paciencia de quien espera su canción favorita, añade el caldo caliente en tres actos. Empieza con el primer tercio, removiendo como si de un vals se tratara. Deja que el arroz lo absorba todo, liberando su cremosidad, antes de continuar con el segundo tercio del caldo.

6 - Agrega las gambas y termina el risotto
Cuando veas que el arroz está al dente y el caldo ha reducido a casi nada, es momento de darle el toque maestro. Apaga el fuego, añade las gambas que guardaste, el queso parmesano, y la mantequilla que queda. Mezcla todo eso con cariño, hasta que tengas ante ti un risotto de gambas cremoso.
Es el instante para ajustar la sal. Y si te apetece un pequeño empujón de sabor, un poco de pimienta siempre viene bien. Con eso, tu risotto de gambas estará listo para impresionar.

7 - Decora y sirve con un toque especial
Recién salido del fuego, el risotto de gambas está listo para provocar una sonrisa. Sírvelo caliente en platos hondos y añade unas hojas de albahaca y una lluvia extra de queso parmesano rallado para un golpe de sabor irresistible. Si te sientes especialmente creativo, atrévete a incluir unas gambas enteras o un toque de perejil picado para darle un acabado más elegante. ¡Para enmarcar! ¡Buen provecho!
