Paella mixta: el arroz de los que no quieren elegir entre mar y montaña

1 - Todo empieza troceando y dorando

Aquí hay que empezar con alegría. Corta el pollo en trozos no muy grandes, las judías verdes como te gusten y pica bien el ajo. En una sartén o paellera bien caliente, dora primero los gambones y las cigalas. Solo vuelta y vuelta para que suelten sabor. Luego los apartas, que más adelante volverán al escenario.

2 - Hora del pollo y los calamares

En la misma sartén (porque ahí están los jugos buenos), metes el pollo y los calamares. Dóralos bien, que cojan ese tono doradito que promete cosas ricas. Añade el ajo, las judías, el tomate triturado y un poco de pimentón. Cuando todo huela a gloria, toca el siguiente invitado.

Si quieres clavar el sabor, échale un ojo a esta guía para hacer un sofrito de paella perfecto.

3 - El arroz entra en acción

Echa el arroz con cariño, que es el que lo une todo. Puedes usar arroz bomba o Sabroz, que aguantan bien sin pasarse. Añade unas hebras de azafrán para darle aroma y color sin necesidad de filtros (si no lo tienes claro, aquí te explico qué es el azafrán y por qué marca la diferencia). Y por supuesto, el caldo (caliente, siempre caliente). A partir de aquí, 20 minutos sin remover. El arroz quiere su espacio.

4 - Decoración con mariscos y a disfrutar

En cuanto el arroz esté casi hecho, coloca por encima los gambones, las cigalas y los mejillones. Aquí puedes ponerte artístico, pero tampoco hace falta pasarse con la simetría. Cuando se abran los mejillones, apaga el fuego y deja reposar 5 minutitos. Y listo. A servir, que esto no espera.