Tarta de arroz con leche cremosa

Vamos a asegurarnos de tener todo listo antes de comenzar nuestra deliciosa tarta de arroz con leche. Necesitamos reunir todos los ingredientes como quien recoge tesoros: arroz, azúcar, un chorrito de leche, canela y más. No te preocupes, ¡esto va a ser pan comido!

¿Alguna vez te has preguntado por qué la canela y el limón son tan amigos en la cocina? Mientras el arroz se cuece, estas estrellas darán un aroma encantador, como de domingo por la tarde, ideal para una tarta sin horno que te hará sentir en Asturias.

Lo primero es darle vida a la base de nuestra tarta de arroz con leche. Coge esas galletas tipo María y conviértelas en polvo fino, ya sea dándole marcha al robot de cocina o con un buen mortero. No te preocupes, si estás de buen humor, incluso ¡un vaso y una bolsa resistente harán el truco!

Vamos a derretir la mantequilla, elige el microondas o un cazo pequeño, lo que prefieras. Añade una pizca de sal y un toque de canela molida a las galletas trituradas para darle sabor. Con la mantequilla derretida a mano, mezcla las galletas hasta lograr una base perfecta: ni muy seca ni muy húmeda.

¡Tranquilo que esto es pan comido! El truco aquí es preparar bien la base para nuestra tarta. Siéntete libre de saltarte este paso, pero no lo recomiendo. Engrasa un molde desmontable con mantequilla y cubre la base con papel de horno. Así te garantizarás que la tarta de arroz con leche salga perfecta.

Ahora, vamos a darle ese toque crujiente. Tritura bien las galletas y mézclalas con la mantequilla derretida; es un combo que nunca falla. Presiona la mezcla en la base del molde con cariño – como acariciando a un cachorro – hasta que se compacte. Reserva en la nevera para que no se te venga abajo cuando añadas la mezcla deliciosa de la tarta de arroz con leche. ¡Te prometo que el resultado valdrá la pena!

Imagina este paso como una coreografía sencilla. Pon el arroz en una cazuela y cúbrelo con agua; luego, lleva ese baile al fuego medio alto. No te distraigas, lo emocionante es verlo evaporarse como magia. Cuando el agua se desvanezca por completo, apaga el fuego y deja reposar tu protagonista.

Imagina que estás en casa, con música de fondo y ese aroma a domingo en el aire. En una cazuela amplia, añade la leche y deja que la ramita de canela y las tiras de piel de limón se bañen en su calidez. Cuando veas burbujitas, es el momento de apartarla del fuego.

Este paso es crucial en nuestra deliciosa tarta de arroz con leche, pues cada ingrediente aporta su magia a esta receta sin horno. La leche caliente captura el sabor asturiano de la canela y el limón, llenando tu cocina de aromas que prometen un postre memorable al estilo Alfonso De Rechupete.

Añade el arroz a la leche y ponlo de nuevo al fuego. Cuando empiece a hervir, baja el fuego al mínimo y deja que cueza durante 1 hora y media. Yo siempre me quedo cerca, removiendo como si estuviera en una fiesta, para que no se pegue.

Estar atentos aquí es clave. Remueve con paciencia, como si estuvieras contando secretos al arroz. Así evitarás que se enganche al fondo y te aseguro que el resultado será una tarta de arroz con leche deliciosa que hará las delicias de todos. ¡Esa canela asturiana lo vale!

Imagina que el tiempo es tu amigo y la paciencia, tu mejor aliada. Remoja las hojas de gelatina en agua y dale tiempo para que se vuelvan flexibles y listas para la acción. Entre tanto, dale mimo al arroz, que se vuelva cremoso, casi una dulce alfombra de domingo.

Cuando el arroz esté listo para el concurso, como un suave abrazo de canela y limón, retira estos protagonistas y añade el azúcar. Remueve con cuidado y deja que cocine un poco más. No te olvides de apagar el fuego cuando el azúcar ya sea parte de este delicioso guiso asturiano. ¡Ahora estamos listos para avanzar!

Vamos al grano: es hora de añadir las hojas de gelatina hidratadas. Notarás que se deshacen fácilmente en el arroz con leche caliente. Luego, esta nueva mezcla va al molde con la base de galleta y se deja enfriar un poco antes de la nevera. Tranquilo, la paciencia tiene su recompensa.

Déjala en el refrigerador de 2 a 3 horas y, ¡voilá! La tarta de arroz con leche se transforma en una deliciosa obra de arte, sin necesidad de encender el horno. Siente ese toque asturiano con la canela y prepárate para disfrutar. ¿A que no puedes esperar a probarla?

Desmolda con cuidado tu tarta de arroz con leche; trata de no precipitarte para que salga entera. Luego, colócala en un bonito plato, a la espera de tu toque maestro: un espolvoreo generoso de canela molida, que le dará un aroma irresistible.

Hablar de tentaciones… sí, en nada estarás cortando porciones de esta delicia asturiana, que nos recuerda con cada bocado por qué la cocina casera tiene magia. Así que, corta esas raciones y prepárate para disfrutar de un postre sin horno lleno de sabor. ¡Buen provecho!