Arroz con leche y chocolate delicioso

1 - Calentar la leche con sabor a canela y limón

¡Manos a la obra! Vamos a darle un giro delicioso al clásico arroz con leche. Primero, vierte el litro de leche en una cazuela. Añade los 100 gramos de azúcar y remueve bien, como si estuvieras bailando un vals, hasta que se disuelva. Después, invita a las dos ramitas de canela y la piel de un limón a unirse a la fiesta.

Calienta a fuego medio y, cuando veas que la leche empieza a coquetear con el hervor, reduce el fuego. Deja que todo infusione durante unos 10 minutos. No olvides remover ocasionalmente. Esta es la magia del postre: aromas envolventes que recuerdan a los domingos en familia disfrutando del mejor arroz con leche y chocolate.

2 - Incorporar el chocolate para un toque irresistible

Después de infusionar la leche, es momento de retirar las pieles de limón y las canelas. Cuélala con cuidado como si estuvieras decantando un buen vino. Luego, invita al chocolate troceado a unirse a la fiesta en la cazuela. Cocina a fuego lento, removiendo constantemente para que el chocolate se derrita y se mezcle con la leche, creando un mar de sabor irresistible. Recuerda, no te apresures, que el chocolate fundido es como una buena conversación, requiere tiempo para desplegar su magia. Así que relájate y disfruta el proceso, pronto estarás saboreando un delicioso arroz con leche y chocolate, un clásico con un toque más goloso digno de compartir.

3 - Cocinar el arroz a la perfección

Vamos a darle un toque especial a este arroz con leche y chocolate. Añade 100 gramos de arroz Sabroz a la mezcla que ya huele a gloria. Cocina a fuego medio, removiendo cariñosamente. ¿Quién no ha peleado con un arroz pegado? Tranquilo, en 15-20 minutos estará tiernito y espesito. ¡Casi lo puedes saborear!

4 - Dejar enfriar y disfrutar en porciones

Ahí lo tienes, tu arroz con leche y chocolate está casi listo para conquistar paladares. Una vez que el arroz está a punto y la crema hecha un abrazo, apaga el fuego y deja que enfríe a su ritmo. Sirve en porciones individuales, y para darle ese toque maestro, espolvorea un poco de canela o chocolate negro rallado por encima. ¡Disfruta de este delicioso postre!

Y ahí lo tienes, un postre de película. Perfecto para esos momentos en los que el antojo llama fuerte. Tómate un segundo para saborearlo, cierra los ojos y sentirás como si estuvieras en una soleada tarde de domingo, de esas memorables en las que la cocina española se siente más cerca que nunca.