Risotto de cuatro quesos cremoso y delicioso

1 - Preparar todos los ingredientes a mano

Antes de sumergirnos en esta receta de risotto a los cuatro quesos, asegúrate de tener todos los ingredientes alineados como pequeños soldados en tu cocina. Trocea la cebolla en brunoise, ten tus quesos rallados a mano, y calienta el caldo hasta que esté listo para mimar el arroz. ¿Listos? ¡Vamos allá!

2 - Cocinar la cebolla y añadir el arroz

Vamos allá con nuestro risotto de cuatro quesos. En una cazuela, derrite un poco de mantequilla. Cuando empiece a oler como a domingo en la cocina de tu abuela, añade la cebolla picada. Remueve hasta que esté transparente; ¡cuidado, que no se dore!

Luego, llega el momento del arroz Sabroz. Incorpóralo y rehoga unos minutos hasta que los granos parezcan pequeñas perlitas relucientes. Este paso es clave para darle al risotto su textura cremosa y deliciosa. ¡Vamos, que lo tienes!

Recuerda que cada ingrediente importa: así que no escatimes en la calidad de los quesos. Un buen parmesano, mozzarella y gorgonzola serán los protagonistas de este plato encargado de mimar tu paladar.

A medida que vayas incorporando el caldo, no dejes de remover constantemente. Esto es esencial para conseguir la cremosidad característica del risotto. Cuando esté al dente, retíralo del fuego y añade un trocito de mantequilla y queso rallado para intensificar su sabor. Deja reposar unos minutos antes de servir.

3 - Agregar caldo caliente con paciencia

Mientras el arroz se dora y empieza a oler a cocina de domingo, aprovecha para calentar el caldo en una olla aparte. Asegúrate de que el caldo esté bien caliente cuando lo añadas al arroz, ya que este truco es esencial para lograr el resultado deseado. Así, consigues que el risotto de cuatro quesos tenga esa textura cremosa que tanto nos gusta.

Una vez caliente, ve integrándolo poco a poco, un cazo a la vez. No olvides remover constantemente para liberar el almidón del arroz y lograr esa característica untuosidad que buscamos en un buen risotto. Dedica unos 15 minutos a este mimo al arroz, hasta que quede al dente. ¡Verás cómo te lo agradecen tus papilas!

4 - Sumar los quesos y mezclar bien

Llega el momento más emocionante de nuestro risotto de cuatro quesos. Cuando el arroz esté en su punto perfecto, como un abrazo cálido, es hora de añadir esos quesos que harán magia: queso azul, de cabra, manchego y parmesano. Un trocito más de mantequilla tampoco viene mal para el toque extra de cremosidad.

Revuelve suavemente mientras los quesos se funden como si estuvieran bailando a fuego lento. No te preocupes si lleva un ratito; la paciencia aquí es clave para lograr un risotto a los cuatro quesos, con la textura que hará que tus comensales pidan repetición. ¡Y listo! Prepárate para disfrutar de esta maravillosa receta fácil y acogedora, que es un canto a lo mejor de la cocina italiana.

5 - Dejar reposar y listo para disfrutar

Aquí viene el último paso mágico: después de tanto mimo al risotto de cuatro quesos, es momento de dejarlo reposar cinco minutos. ¿Por qué? Porque así los sabores se mezclan como en una buena tertulia. Para coronarlo, puedes decorarlo con calabacines u otras verduras cocidas, ¡a tu gusto! Este risotto es una receta fácil.