Arroz con pollo y calamares al estilo tradicional

1 - Preparar los ingredientes para que todo salga genial

Antes de lanzarte a cocinar, asegúrate de que tienes todos los ingredientes bien listos. Comienza troceando el pollo en piezas pequeñitas. Si en algún momento necesitas una mano amiga, puedes consultar esta útil guía completa para despiezar un pollo.

Corta el pimiento en juliana y prepara la zanahoria en cubos. Trocea las judías verdes en tamaños medianos, y cuida que la cebolla y los ajos estén finamente picados en brunoise. Por último, asegúrate de que los calamares estén limpios y en rodajas. No dudes en seguir esta guía sobre cómo limpiar los calamares si lo necesitas. ¡Manos a la obra para que no se te escape ningún detalle en la cocina!

2 - Dorar el pollo y potenciar su sabor

Llega el momento de dorar el pollo, que es la base del sabor. Calienta un poco de aceite de oliva virgen extra en la paellera. Coloca el pollo en trozos para que se dore bien por todos lados. Así se asegurará de que cada bocado esté jugoso y lleno de aroma.

Una vez veas ese tono dorado que te hará salivar, retira el pollo y resérvalo. Este paso es clave para que el plato sea un éxito rotundo. Más adelante volverá a la fiesta del arroz, que estará impregnado con el sabor del mar y del campo, gracias a nuestros amigos los calamares.

3 - Sofreír los mariscos y realzar su sabor

En la misma paellera, echa un chorrito de aove si lo necesita y saltea los calamares durante unos 2-3 minutos. Aquí la clave es que se sellen bien para que se mantengan firmes y sabrosos.

Luego, repite la jugada con las gambas, cocinándolas hasta que estén doradas por fuera y jugosas por dentro. Una vez listos, retira los mariscos y resérvalos.

4 - Hacer un sofrito de verduras sabroso

Vamos a darle un toque de color y sabor a nuestro arroz con pollo y calamares. Añade esos ajos y la cebolla picada a la paellera y empieza a remover. Echa las judías verdes, la zanahoria en cubos y el pimiento rojo en tiras. Sofríe a fuego medio hasta que estén tiernas y bien integradas, eso lleva unos 10 minutos, tiempo perfecto para un café rápido.

Una vez que las verduras estén listas, es el momento de dar ese toque singular y rico con el tomate triturado. Déjalo cocinar otros 5 minutos y verás cómo el sofrito se vuelve una deliciosa base, fundamental para el sabor de nuestro plato principal. Póchalas bien, que aquí está el secreto de un guiso que hará suspirar a más de uno.

5 - Agregar el arroz Sabroz para un buen resultado

Añade el arroz Sabroz a la paellera con el sofrito. Mientras revuelves, deja que el arroz Sabroz se tueste un poco con el aceite y el sofrito durante unos 2-3 minutos. Este breve momento le permitirá absorber los deliciosos sabores antes de empaparse del caldo en el siguiente paso.

6 - Incorporar el caldo caliente y ajustar sabores

Una vez que veas el arroz mezclado con el sofrito, es hora de dar paso al caldo de pollo bien caliente para evitar sus interrupciones en la cocción. Aquí está el truco: añade un toque de azafrán y sazona con sal y pimienta al gusto, ¡el sabor empieza a cobrar vida!

Deja que el caldo haga su magia borboteando a fuego alto durante los primeros 5 minutos; verás cómo ese arroz empieza a absorber los sabores como en un abrazo. Luego, reduce el fuego y permítele cocinar otros 15 minutos sin remover, para que los granos se cocinen con cariño y sin romperse.

7 - Añadir pollo, calamares y gambones para disfrutar

Aproximadamente faltando unos cinco minutos para completar la cocción, añade el pollo, los calamares y las gambas que reservaste. Así, nuestros ingredientes estrella quedarán tiernos y llenos de sabor con la calidez del caldo.

Ahora, distribúyelos como mejor puedas sobre el arroz. No hay una ciencia exacta, simplemente deja que cada bocado sea una sorpresa de sabor. Esto no solo completa el aroma del plato, sino que crea una experiencia completa. ¡Listo para impresionar!

8 - Dejar reposar para que se asienten sabores

Apaga el fuego, cubre la paellera con un paño limpio y deja que repose durante cinco minutos. Es una pausa obligatoria que permite que el arroz absorba el último suspiro de caldo, garantizando un plato tierno y sabroso.

Antes de impresionar a tus invitados, decora el plato principal con rodajas de limón y perejil fresco. Estos ingredientes no solo añaden un toque visual vibrante, sino también una nota de frescura que complementa a la perfección el gusto del mar y tierra en cada bocado. ¡Listo para disfrutar!