Arroz con espárragos frescos

1 - Trocear los espárragos con cariño

Para preparar este delicioso arroz con espárragos, empieza por cortar los espárragos trigueros en trozos de un par de centímetros. La idea es dejarlos lo suficientemente grandes para que al cocinarse, mantengan su textura crujiente y ese sabor casi adictivo que tienen cuando se funden con el arroz. ¿No te parece maravilloso?

Esos espárragos tiernos no necesitan mucho tiempo para estar perfectos, así que, mientras charlas o disfrutas de una copa de vino, tómate un momento para asegurarte de que todos queden de un tamaño similar. Un truquito: esta tarea resulta mucho más fácil con un cuchillo bien afilado—¡y siempre puedes recurrir a un pelador si te sientes más cómodo!

2 - Sofreír cebolla y ajos, el aroma sube

Cuando el aceite esté calentito en la sartén, añade la cebolla bien picada y los ajos en láminas finas. Observa cómo empiezan a bailar y dorarse, ese es el momento de incluir los espárragos. Revuelve todo junto y, sin perder ritmo, añade el vino, dejando que el alcohol se evapore. El aroma que empieza a surgir te hará sonreír.

Añadir el vino cuenta como un pequeño momento festivo, y dejar que el alcohol desaparezca es clave para que el arroz con espárragos tenga ese toque sofisticado que todos amamos. Este paso marca la diferencia entre un plato común y uno que recordarás.

3 - Añadir el arroz y el caldo, ¡a cocinar!

Para este arroz con espárragos tan sabroso como elegante, primero añade el arroz Brillante Sabroz a la sartén. Tan pronto lo hagas, incorpora el caldo caliente, como quien cuenta un buen secreto. Remueve con cariño y déjalo cocer a fuego lento. Es un plato donde el tiempo es el mejor aliado.

Consejo de amigo: añade el caldo poco a poco. *Y recuerda,* el buen arroz es como un buen abrazo: ni demasiado justo, ni frío. Mientras esperas, disfruta del aroma, como cuando huele a domingo en casa. Cuando el arroz esté en su punto, saborear es la recompensa de la paciencia.

4 - Servir y disfrutar cada bocado

Listo, toca el toque final. Deja el arroz reposar unos minutillos para que asienten todos esos sabores como quien se sienta al calor de un buen fuego. Después, métele una pizquita de pimienta y espolvorea un poco de perejil. Te queda un arroz con espárragos que no vas a olvidar. ¡Manos a la obra y a disfrutar!