1 - Listos para organizar los ingredientes y empezar
Antes de que nos pongamos manos a la obra, asegúrate de que los ingredientes están listos para el gran espectáculo. Corta la cebolla y el pimiento rojo en brunoise, ese corte fino que todos adoramos por cómo integra los sabores en el sofrito. Por otro lado, el conejo deberá estar troceado en piezas pequeñas.
Ralla el tomate mientras los caracoles ya cocidos y limpios están listos para saltar al escenario al final de la cocción. Poniendo aceite de oliva virgen extra (AOVE) sobre el fuego, notarás cómo realza el sabor del sofrito, logrando un toque suave y aromático. Además, incluye verduras de temporada, que siempre tienen un sitio en nuestros corazones y platos.

2 - Dorar el conejo para que quede tierno
Cuando estés a punto de darle un toque dorado al conejo, calienta una buena cantidad de AOVE en una sartén amplia y añade el conejo sazonado con sal y pimienta. Asegúrate de que cada pieza se dore uniformemente; esto le dará esa textura jugosa por dentro y crujiente por fuera. ¡Ten paciencia, merece la pena!
Recuerda que el tiempo de dorado suele ser de unos 10-12 minutos dependiendo del tamaño del conejo. No te apresures, ya que podría quedar un poco duro si no se cocina adecuadamente. Una vez dorado, reserva el conejo; vas muy bien en la receta de arroz con caracoles.

3 - Hacer un sofrito de ajo, cebolla y pimiento
Como quien ya lleva unas cuantas recetas de arroz con caracoles en la mochila, puedo decirte que lo que viene ahora es pura magia. Usa la misma sartén donde doraste el conejo. Con esos jugos residuales, añade AOVE si hace falta, y deja que los ajos, cebolla y pimiento se pongan color miel a fuego lento. Así, casi sin darte cuenta, en unos 10 minutos olerá a domingos familiares.
Incorpora el tomate rallado, dejándolo reducir y perder algo de agua, mientras sofritas cinco minutos más. Luego, añade el pimentón dulce y un toque de agua, removiendo a ritmo de samba, para que no se amargue. No te preocupes, es más fácil de lo que suena.

4 - Incorporar el arroz y mezclar bien
Cuando el sofrito esté listo y huela como a domingo en casa, es el momento de que el arroz Sabroz entre en acción. Añádelo y remueve con ritmo durante 1-2 minutos. Esto no solo sella el arroz, sino que potencia esa explosión de sabor tan auténtica del arroz con caracoles.
Confía en el toque mágico del «nacarar», mientras ese aroma va subiendo como una promesa de lo que viene. Así, tostando el arroz un poquito, garantizas que los granos queden sueltos y perfectos al servir. ¡Es el truquillo que todos deberían conocer para bordar este arroz con caracoles!

5 - Verter el caldo caliente con el azafrán
Aquí viene el momento de darle vida a nuestro arroz con caracoles: vierte el caldo caliente sobre el arroz como si estuvieras cuidando una planta. Deja que se empape bien. Con eso, el arroz empezará a absorber esos sabores que lo harán irresistible. Ahora, añade un toque de sal, el azafrán infusionado y el romero para darle su color dorado y el aroma que traerá nostalgia a quien lo pruebe.

6 - Añadir los caracoles para un toque especial
Cuando el arroz esté bailando al son de los cinco minutos, es el momento perfecto para que entren en escena los caracoles cocidos y limpios. Distribúyelos con cariño sobre el arroz, para que todo quede bien integrado y cada grano tenga su toque especial. Recuerda, ¡estos amigos ya deben ir bien cocidos!
Antes de lanzarte a la aventura con el arroz con caracoles, asegúrate de que los caracoles estén tiernos y cocidos. Si no, podrían endurecerse más que una roca durante la cocción final. ¡No queremos frustraciones, solo un plato que haga honor a las largas sobremesas!

7 - Cocinar y sumar el conejo nuevamente
Primero lo primero: sube el fuego como si estuvieras acelerando en una carretera despejada. Esos primeros 10 minutos son cruciales para el arroz con caracoles; necesita hervir con fuerza. Luego, dale una relajante siesta al fuego y baja a medio, permitiendo que el aroma de la cocina valenciana inunde todo.
Sin remover el arroz, añade el conejo que reservaste y deja que se sumen a la fiesta junto con los caracoles cocidos, mientras todo se cocina a fuego lento. Al final, cuando el arroz bomba haya absorbido todo el caldo, apaga el fuego y deja que repose con tranquilidad durante 3-5 minutos.

8 - Embellecer el plato y ¡a disfrutar!
Para darle el toque final a este delicioso arroz con caracoles, esparce unas hojas de perejil fresco picado por encima. No solo añadirás un toque de color vivaz, sino también un sabor refrescante que contrasta maravillosamente con los sabores intensos de este plato tradicional.
Sirve el arroz con caracoles bien caliente. Disfruta de esta experiencia culinaria llena de sabor y autenticidad, como un viaje directo a los domingos llenos de tradición y cariño. ¡Buen provecho!
