Antes de sumergirnos en la cocina, es esencial que saquemos el magret de pato del frigorífico unas horitas antes. El foie, con solo 5 minutos de antelación estará listo. ¿El truco? Cuanto más fresco esté el foie, mejor se ralla después. Así que no olvides este paso antes de empezar.

Comenzamos calentando el caldo de ave con unas hebritas de azafrán. El aroma del fondo de pato ya anticipa lo que nos espera. ¡Es el puntapié inicial para una increíble paella de pato, setas y foie!
Ahora es el turno del protagonista: el magret. Corta un trozo de unos 4 o 5 centímetros y a la pieza restante hazle ligeros cortes superficiales. Asegúrate de no profundizar demasiado; estos cortes serán la clave para conseguir un dorado espectacular. Reservamos.
El foie también entra en acción. Moja un cuchillo en agua caliente, sécalo y corta el foie en pequeños dados de 1 centímetro. Si lo haces con calma, obtendrás cubitos perfectos. Reserva los dados, ya que serán un toque final de lujo.
Es hora de tomar la paellera. No te preocupes por el aceite, ya que el pato liberará su propia grasa. Simplemente añade un chorrito de aceite, repártelo bien y enciende el fuego. Pronto esta combinación te guiará al éxito culinario con un aroma inconfundible.
Cuando la paellera chisporrotee, coloca el magret en el centro con la parte grasa hacia abajo. Esto permitirá que la grasa se funda, enriqueciendo la mezcla y asegurando que todo cocine a la perfección. ¡Vas a querer oler esto todo el día!

¡La piel empieza a dorarse! Los minutos cuentan y cuando la piel esté bien bronceada, dale la vuelta al magret para un minuto extra. Esto sellará los jugos y te prometo que el resultado será de «¡olé!»
Mientras tanto, avancemos con las setas. Agarra los champiñones, remueve el tallo y limpia bien, dejándolos listos para el siguiente acto. ¡Nada de setas polvorientas en nuestra deliciosa paella!
El ajo y los tomates ahora son los protagonistas. Pelamos y cortamos el ajo mientras rallamos los tomates. Es un dúo explosivo que añadirá un punch increíble al plato. ¡Es como un higiene y belleza para el sabor!
Una vez que el magret esté dorado, retíralo y déjalo reposar. Este pequeño descanso lo ayudará a mantenerse jugoso. Te prometo que valdrá la pena resistirse y no hincarle el diente todavía.
Es el momento de las setas, así que ponlas en la paellera y mézclalas con la grasa del pato. Rehógalas a fuego suave; este proceso hace magia y sella las setas con un sabor que te hará babear.

Después de unos minutos, añade los ajos. Deja que se unan a esa fiesta de sabores. No hay necesidad de apresurarse, cocinar lento aquí es clave para un plato reconfortante y lleno de amor.
Ahora, incorpora el tomate rallado al sofrito. Será el toque final que une los sabores. Es como la última pieza del puzzle antes de la gloria del arroz con pato y foie. ¡Sigue hasta el final para no perderte nada!
¡Vamos con el arroz Sabroz! Ahora es cuando nuestro amigo con pimentón de la Vera entra a la sartén. Calentamos todo y añadimos la infusión de ave y azafrán caliente. Salpimentamos y a un fuego danzarín lo dejamos hacerse por 15 minutos. ¡Que la magia ocurra!

Y aquí, el ingrediente estrella: el foie de pato. Ralla los dados de foie por encima cuando queden 3 o 4 minutos para finalizar. Este truco elevará tu paella a niveles gourmet. ¡Siente que el éxito se avecina!
Por último, no olvides el magret reservado. Cortado en tiras y colocado sobre el arroz, este es el toque sublime al plato. Cierra el festín con una suave pizca de sal y deja que esos minutos finales lo unan todo. ¡Será de rechupete!

Finalmente, deja reposar todo bajo un paño durante cinco minutos. ¿El resultado? Una sabrosísima paella de pato y foie con setas que te hará agua la boca. ¡Parecerá que estás en plena celebración, cocinada con cariño y a compartir!