Por BrillanteÚltima actualización: 04/08/2025
Hay días que el cuerpo pide mar. No playa, ni vacaciones (aunque tampoco nos sobrarían), sino ese sabor salino que te transporta a una cocina con ventanas abiertas, a una cazuela burbujeando y a ese silencio que se hace cuando todos se llevan la primera cucharada a la boca. Eso es lo que consigue este arroz con berberechos: un arroz caldoso, sabroso, muy nuestro, que sabe a comida bien hecha.
La receta es sencilla, no hace falta complicarse ni ser de los que remueven con cuchara de palo heredada. Basta con tener buenos berberechos, un poco de cariño y seguir el orden con calma. Y si nunca lo has hecho, esta es la ocasión perfecta.
¿Quieres seguir en la misma línea marinera? Te recomiendo probar esta receta: arroz caldoso de marisco.
La noche antes, pon los berberechos a remojo en agua fría con sal, como si estuvieras curándolos del viaje. Así sueltan la arena y no te llevas ninguna sorpresa al comer. Al día siguiente, los cueces con un chorrito de vino blanco y una hoja de laurel. En cuanto se abran, los retiras. No los dejes demasiado o acabarán pareciendo chicles marinos.
Mientras los berberechos descansan, arranca el sofrito. Aceite en la olla y a fuego suave, que aquí no hay carreras. Ajo, cebolla y pimiento rojo, todo picadito. Cuando veas que está bien pochado y empieza a oler a cocina de domingo, echas un poco de pimienta, carne de ñora y perejil.
Apaga el fuego y añade el pimentón dulce (si lo echas con el fuego encendido se quema y amarga, palabrita). Luego, tomate rallado y sal. Deja que se cocine hasta que el tomate haya perdido todo el agua.
Ahora sí: subes un poco el fuego y echas el arroz. Dale unas vueltas para que se empape bien del sofrito. Esto de “nacarar” el arroz suena muy técnico, pero es básicamente que los granos cojan temperatura y sabor.
Después de unos minutos, añade el caldo de pescado caliente. Aquí empieza la cuenta atrás.
Cuando hayan pasado unos 13 minutos de cocción (sí, hay que mirar el reloj), coloca los berberechos sobre el arroz, bien repartidos. Sube un poco el fuego y deja que se integren durante dos minutitos más. En cuanto estén abiertos y el arroz esté en su punto —ni crudo ni pasado— apagas el fuego y dejas reposar.
Y ahora viene lo mejor: sentarte a la mesa con ganas.
Este arroz con berberechos caldoso es de esas recetas que parecen más elaboradas de lo que son. Ideal para cuando quieres sorprender sin liarte mucho. O simplemente para darte un capricho entre semana, de esos que te hacen pensar: “¡Qué bien me cuido!”. Te aseguro que, una vez lo pruebes, lo meterás en tu repertorio habitual de comidas sabrosas y caseras.
Y si quieres una versión más festiva, échale un ojo a esta paella de marisco.
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