Arroz con berberechos reconfortante

Sí, pero con matices. Pierde algo de textura al descongelar. Si decides congelarlo, hazlo por raciones y en tápers bien cerrados. Al recalentarlo, añade un poco de caldo o agua para devolverle la jugosidad.

Lo más habitual es el doble de caldo que de arroz. Pero si te gusta más caldoso (como a mí), añade un poquito más. Eso sí, mejor ir corrigiendo que pasarse de primeras.

Cuando lo muerdes y está tierno pero con un pelín de resistencia, tipo “al dente”. Si te pasas, se empasta; si te quedas corto, cruje. El equilibrio está en probar.

Muy poco. En cuanto se abren, fuera. Si los dejas más, se endurecen y pierden su gracia. Y si alguno no se abre… no insistas, descártalo.

Claro que sí. Unos mejillones, unos langostinos, un poco de sepia… todo suma si es fresco y está bien cocinado. Eso sí, no te emociones y acabes haciendo una paella disfrazada. Y si te van las combinaciones distintas, este arroz con zamburiñas puede gustarte mucho.

Grano corto o redondo, siempre. Son los que mejor absorben los sabores sin deshacerse. El arroz largo para ensaladas; este arroz caldoso con berberechos pide cuerpo y textura.