1 - Preparar todos los ingredientes: ¡manos a la obra, que comenzamos!
Vamos a empezar con buen pie esta aventura culinaria. Primero, corta la pechuga de pollo en dados pequeños y sazonarla con sal y pimienta al gusto. Luego, pela el diente de ajo y ese trocito de jengibre que huele a pura salud, ¡unos 2 cm es lo que necesitamos!, y pícalos finamente o, si prefieres, rállalos.
A continuación, lava y corta el ½ pimiento rojo y la ½ cebolleta (o cebolla) en brunoise. Este es un corte mágico que permite a las verduras cocinarse rápido y distribuir su sabor por todo nuestro arroz mixto. Recuerda que pele las gambas, si no vienen limpias, y resérvalas. También casca los dos huevos en un bol y bátelos con una pizca de sal y pimienta.

2 - Cocinar el arroz Sabroz: el secreto del arroz suelto
Pon agua a hervir en una olla grande, como si fuera para un domingo de cocina en familia, y añade una pizca de sal. En cuanto veas que el agua burbujea de alegría, es el momento de sumar una taza de arroz Sabroz de Brillante. Deja que se cocine según lo que diga el envase y verás la magia.
Si quieres un arroz bien suelto y jugoso, echa un vistazo a esta guía de consejos para cocer el arroz blanco y que quede suelto. Una vez cocido, escúrrelo cuidadosamente y resérvalo. Dale un respiro para que se temple mientras te aventuras con los demás ingredientes.

3 - Hacer la tortilla: un sabor y color que encantan
En una sartén antiadherente a fuego medio, echa un chorrito de aceite y deja que se caliente. Mientras tanto, bate los dos huevos como si estuvieras contando un secreto, añadiendo sal y pimienta a tu gusto. La idea es que queden bien sazonados, pero no te pases; el arroz mixto siempre es el protagonista.
Cuando el aceite ya esté listo para bailar, vierte los huevos batidos para crear una tortilla dorada por ambos lados. Al cocinarla, busca ese equilibrio: bien cuajada pero aún jugosa. Deja que respire un poco fuera del fuego antes de cortarla en cubitos pequeños. Reserva: este toque de huevo le aportará a nuestro plato principal esa suavidad que tanto nos encanta de la cocina española.

4 - Saltear el pollo: dorado y lleno de sabor
En una sartén amplia, añade un buen chorrito de aceite y ponlo a calentar a fuego medio-alto. Con el aceite ya calentito, echa el pollo bien cortadito y salpimentado. Saltéalo hasta que esté doradito por fuera y tierno por dentro, como cuando olfateas ese aroma a cocina casera. Una vez listo el pollo, retíralo y resérvalo. Así se queda jugoso y no pierde sabor al mezclarlo con ese delicioso arroz mixto. ¡Ah, y no olvides sonreír mientras lo cocinas! Es parte del truco culinario.

5 - Cocinar las gambas: ¡que aporten su magia!
En el mismo wok, si sientes que necesita un toquecito más de aceite, se lo agregas sin remordimientos. Luego, lanzas las gambas bien limpias y las dejas bailar durante 2-3 minutos, justo hasta que se pongan de un rosado encantador que grita: «Estoy lista para ser devorada».
Una vez doradas, las sacas y las reservas en un rinconcito especial. Estas gambas son las que transforman este arroz mixto en un festín marino que hará las delicias de tus invitados. Es un contraste mágico con el festín de carnes y verduras que ya está haciendo lo suyo en el wok.

6 - Preparar el sofrito: un festín de aromas
En el mismo wok, calienta un poco más de aceite si te hace falta. Saltea la cebolleta (o cebolla) y el pimiento rojo a un fuego medio, dándoles un remeneíto de vez en cuando. Cocina hasta que empiecen a ponerse translúcidos, como prometiéndote que están listas para el arroz mixto.
Después, ralla con cariño el jengibre fresco y el ajo encima del wok. Sofríe todo junto por 1-2 minutos más, dejando que el aroma inunde tu cocina. Este paso es una pequeña magia; logra esa fragancia exótica que hará tu arroz mixto irresistible.

7 - Incorporar el arroz y mezclar bien los sabores
Cuando el sofrito esté listo para dar su espectáculo, añade cuidadosamente el arroz cocido al wok. Rehoga todo a fuego medio-alto durante 2-3 minutos, removiendo bien para que el arroz mixto capture la esencia del jengibre, el ajo y las verduras. ¡Así lograrás un plato principal irresistible!
Este momento es clave para que los sabores se mezclen y consigan ese toque dorado que hace que el arroz mixto brille por sí solo. Es como cuando sientes ese cálido aroma de domingo familiar en casa.

8 - Unir las proteínas: ¡que se integren como amigos!
Con el arroz ya bien rehogado con el sofrito, llega el momento de darle vida a tu plato estrella. Suma esos cubitos de tortilla esponjosa, los trozos de pollo dorados y las gambas que conquistarán paladares exigentes. Aquí es donde el arroz mixto se convierte en un emocionante festín para todos los sentidos.
Remueve con cuidado sin perder el ritmo, como quien lleva una danza lenta pero constante en el wok. Así permites que cada ingrediente se abraza con el arroz, sin agobar los granos ni dejar que se resequen. El calor se encargará de que todo quede jugoso y bien integrado, justo como se merece tu plato principal.

9 - Añadir el toque final: salsa y
Cuando todos los ingredientes estén bien mezclados, añade una cucharada de salsa de soja y un puñado de cilantro fresco picado. La combinación de colores te hará pensar que tienes una pequeña obra de arte culinaria en tus manos. Y recuerda, tu nariz es el mejor termómetro para identificar ese aroma irresistible del arroz mixto.
Saltea durante unos segundos más para que el conjunto coja el sabor característico y un acabado ligeramente brillante. ¡Esto es lo que hace una comida especial! Prueba un poco para ajustar de sal si es necesario… ¡y listo para servir! Prepárate para disfrutar de este plato principal jugoso que es la esencia de la cocina española.
