Vamos a darle vida a nuestra butifarra y costillas de cerdo, porque son las estrellas de nuestro arroz con butifarra. Calienta un poco de aceite en la sartén, y deja que el aroma del ajo les pique del baile. ¡Ah, y el brandy, que no falte!
¿Qué tal ese toque de romero? No temas, añádelo con confianza, pues transformará el sofrito en pura magia. Este paso es como esos domingos en la casa de la abuela, donde el aroma lo llena todo. Al final, estaremos creando recuerdos con cada cucharada de este plato.
¡Vamos a darle vidilla a ese arroz con butifarra! Comenzamos calentando un poquitín de aceite de oliva en una cazuela. Ponemos a dorar las costillas de cerdo y la butifarra, que se deben cocinar bien para que empapen el arroz de sabor espectacular. Si las carnes hablan, que digan «¡estoy dorada!«
Cuando logres ese bonito color dorado, es el momento de apartarlas. Te confieso que aquí es donde empieza a aflorar ese aroma a domingo en casa, ¡un auténtico placer! El truco es mantener a fuego medio-alto para que se sellen y sus jugos queden atrapados, listos para ser devorados.

¡Llegó el momento de ponerle corazón al asunto! Para empezar, calienta un buen chorro de aceite de oliva en una sartén. Picamos la cebolla y los pimientos y los dejamos pochar a fuego suave, como cuando cocinas sin prisa un domingo. ¿Ves cómo comienza a soltar su aroma?
Añade los ajos picados, y cuando empieces a notar que el ajo «baila» ya está. Aquí es cuando puedes añadir un chorrito de brandy para subir el nivel, dejando que se evapore el alcohol. Romántico, ¿verdad? Este sofrito bien hecho es la base perfecta para un arroz con butifarra de película.
El sofrito es la estrella que nunca falla en el arroz con butifarra. Comienza con ajo, cebolla y pimientos picados finamente. Cocínalos en el aceite que has usado para las carnes, hasta que se vuelvan suaves y liberen su magnífico aroma. Aquí es donde comienza la magia y los sabores verdaderamente surgen.
Al tener el sofrito listo, regresa las carnes a la sartén con un toque de brandy. Cocina suavemente hasta evaporar el alcohol, dejando que todos los sabores se fundan. Entonces, incorpora agua caliente. Al hervir, añade sal, azafrán, romero y laurel. Déjalo así, creando una mezcla que no dejará indiferente a nadie.

Para llevar este delicioso plato a la gloria, es momento de unir las estrellas del show: el arroz y la butifarra. Añade el arroz Sabroz en la paellera, deja que se mezcle con los sabores que ya has creado. No te olvides del azafrán, que le dará el toque dorado que recuerda a esos domingos en casa.
Remueve suavemente, y mientras tanto, corta la butifarra en rodajas generosas. Mézclalas con cariño junto con el arroz y las costillas. Deja que el aroma invoque memorias y apetitos. Recuerda: un poco de paciencia y buen humor son los ingredientes secretos que nunca fallan.
Cuando el caldo llegue a ese punto de ebullición que parece un concierto de burbujas, es hora de añadir el arroz. Espárcelo con amor, como quien siembra, para que absorba todos los deliciosos sabores. Cocínalo a fuego medio-bajo, la clave para conseguir una textura que acaricie el alma.
Confía en mí, nadie quiere un arroz triste y pegajoso. Y si alguna vez te ha salido así, no te preocupes, a todos nos ha pasado. La idea es que el arroz quede jugoso, lleno de sabor, como un abrazo en un día frío. Dejando que los ingredientes se mezclen en perfecta armonía, sin prisas.

Añadir un chorrito de brandy es el secreto que hará que tu arroz con butifarra adquiera un toque único. Este pequeño gesto infunde un aroma especial que recuerda a esas comidas familiares de domingo. Deja que el brandy se evapore un poco antes de continuar.
¿Quién no ha disfrutado alguna vez viendo cómo los aromas se entremezclan en la cocina? Este paso sencillo transforma tu plato en una experiencia sensorial completa. No dudes en añadir un poco más si eres amante de un sabor más intenso, eso sí, sin olvidarnos del equilibrio en este delicioso arroz con butifarra.
En un mortero, mezclamos un puñado de almendras laminadas, un ramillete de perejil fresco y un diente de ajo. Los trituramos hasta formar una pasta aromática. Justo después de echar el arroz a la sartén, incorporamos esta mezcla. Así, los sabores se integran de manera maravillosa.
Este truco es una de esas cosas que marcan la diferencia en tu arroz con butifarra. La unión de la pasta de almendra y el arroz crea una textura y sabor que te hará sentir como en una fiesta de domingo. ¡Y no te preocupes, que este paso es más sencillo de lo que parece!

Has llegado a la parte más emocionante: disfrutar de tu arrebatador arroz con butifarra, un plato que combina tradición con un giro de sabor irresistible. Al cocinarlo, habrás sentido la magia de hacerlo desde cero, como un pintor que da vida a su obra maestra culinaria.
Ahora tu cocina huele a pura tentación, con esos toques de romero y butifarra que hacen imaginar un domingo en casa de la abuela. Sirve este delicioso arroz combinado con setas y butifarra blanca, perfecto para una jornada de celebración. Tu esfuerzo te ha llevado a crear un plato digno de compartir. ¡Buen provecho!
Justo antes de dejar que tu cocina se llene con la magia del arroz con butifarra, es el momento de un pequeño gran truco: déjalo reposar unos minutos. Este breve descanso es como una siesta para el arroz; le permite absorber todo el cariño de los ingredientes y alcanzar una textura sublime.
Una vez pasado ese tiempo, estarás list@ para sorprender a tus comensales con este plato que es puro amor por la cocina española. ¿No sientes ya el aroma tentador que promete una experiencia culinaria rica en tradición? Pues adelante, sirve y disfruta con quienes más quieres.
