Ají de gallina

1 - Preparativos y a cocinar el caldo y el pollo con cariño

¿Qué te parece si empezamos por organizarnos bien? Lo primero, tener todos los ingredientes listos y preparados para no perdernos en el proceso.

Puedes ver todos los ingredientes en la columna de ingredientes de este post. ¡Bueno, vamos al lío!

Mientras el pollo se cuece, aprovechemos para sumergirlo en el caldo de pollo y nos aseguramos de que quede bien cocido y tierno. Una vez listo, lo retiramos para enfriar. En el mismo caldo, empapamos los 100 gramos de pan. Este truco aporta al ají de gallina su textura cremosa única.

Con el pan bien empapado, lo trituramos hasta obtener una pasta suave y homogénea. Mientras el aroma del caldo de pollo inunda la cocina, estamos en el camino adecuado para lograr ese guiso peruano que tanto nos gusta. ¡Recuerda reservar el caldo para la salsa de ají!

2 - Sofreímos las verduras para llenarlas de sabor

En una sartén grande, calentamos un poco de aceite, dejándolo listo para el encuentro con la cebolla morada cortada en brunoise y los dientes de ajo picados. Cocinamos a fuego medio. Verás cómo, poco a poco, la cebolla se vuelve transparente y el ajo comienza a dorarse, liberando ese aroma hogareño que enamora.

Una vez el sofrito esté listo, añadimos el comino en polvo, la pimienta negra en grano y las nueces pecanas molidas. La clave está en remover bien, dejando que las especias se conecten con el resto. Incorporamos la pasta de ají amarillo, esa mágica esencia peruana, y dejamos que todo se abrace a fuego bajo durante 5 minutos. ¡El tiempo lo pone todo en su sitio! ¡También en la cocina!

3 - Unimos la salsa con el pollo desmenuzado

Imagina que estás en la cocina y ya has llegado al punto donde el guiso cobra vida. Añade la mezcla de pan triturado al sofrito como quien agrega un secreto. Después, vierte un poco de leche evaporada y un pellizco de parmesano, revolviendo lentamente. Es un momento mágico: el aroma del ají de gallina te envuelve.

Si sientes que el guiso está demasiado espeso, ajusta la consistencia con un poco más de caldo de pollo. Una vez integrada la salsa, introduce el pollo deshilachado y deja que se perfume con todo el sabor. ¡El ají de gallina está casi listo para impresionar a tus comensales!

4 - Listo para el arroz y a emplatar con estilo

Mientras la salsa toma cuerpo, vamos a por el arroz. Usamos nuestro cómodo vasito de arroz basmati de Brillante, que siempre nos salva el día. En un minuto al microondas, ¡y listo! Sirve una buena porción de arroz junto a tu ají de gallina y prepárate para la fiesta en tu paladar.

Decora el plato con huevos duros en cuartos y algunas nueces pecanas enteras. Este toque no solo parece sacado de un restaurante peruano, sino que añade ese contraste de texturas y sabores que fascinará a más de uno. ¡Quién diría que un guiso como el ají de gallina podría ser tan encantador!

¡Si comes, comes, no pienses en otra cosa…!