1 - Preparativos: ¡arregla tus ingredientes para el risotto!
Antes de iniciar tu viaje culinario, asegúrate de tener todos los ingredientes listos y esperándote. Corta la cebolla y el ajo en trocitos casi microscópicos; así se camuflan en tu risotto de setas como ninjas de sabor. No olvides que las setas deben estar limpias y troceadas, listas para el gran espectáculo en la sartén.
Con el parmesano en mano, ralla lo suficiente para que al final se ajuste como un abrazo cálido en tu risotto de setas. Para una elección ideal, sigue nuestra guía de quesos para risotto de setas. Finalmente, divide la mantequilla: una parte hace el papel estelar al principio, y la otra añade cremosidad más tarde.

2 - Dale cariño a la cebolla y al ajo
Empecemos con uno de esos momentos en la cocina donde el aroma empieza a hacer su magia. En una sartén grande, echa la mitad de la mantequilla con un chorrito de aceite de oliva virgen extra. Derrite la mantequilla a fuego suave, asegurándote de que no se queme. Así conseguiremos esa base dorada que tanto promete.
Añadimos la cebolla y el ajo bien picaditos, dejándolos sofriar hasta que la cebolla esté pochada y transparente, que suelen ser unos 5-7 minutos. Este paso es crucial para esa base aromática que rozará la perfección con nuestro risotto de setas. ¡Un aroma irresistible que hará hablar a las paredes!

3 - Dale vuelta al arroz Sabroz como un pro
Así que llegamos al momento de añadir el arroz Sabroz, uno de mis favoritos para cualquier risotto de setas. Deja que el arroz se mezcle con la cebolla y el ajo durante 4-5 minutos, ¡no dejes de remover! Así te aseguras de que el arroz empiece a absorber todos esos sabores deliciosos.
El arroz Sabroz no falla: mantiene su forma incluso en las preparaciones más exigentes, como este risotto de setas. Léelo como un secreto entre amigos, ya que este paso le da al arroz el carácter y textura que buscas. Solo acuérdate de seguir moviendo, ¡es parte del ritual!

4 - Agrega caldo caliente a ritmo suave
Aquí empieza la diversión. Primero, añade el vino y cocina mientras disfrutas del aroma hasta que el alcohol se evapore. Cuando la magia esté en el aire, empieza a añadir el caldo de ave caliente, un cucharón a la vez, moviendo el arroz como si estuvieras dibujando círculos con el cucharón.
Este paso del risotto de setas es como una danza, así que mantente cerca de la cazuela y sigue removiendo. Esto asegura que el arroz suelte su almidón, dándole esa textura cremosa que tanto amamos. Si necesitas más trucos, consulta nuestras claves para preparar un risotto delicioso.

5 - Dora esas setas con amor
Mientras el arroz absorbe toda la cremosidad, pon a calentar una sartén a fuego medio con un poco de aceite de oliva virgen extra. Añade las setas cortadas, y déjalas reposar tranquilamente durante unos minutos para que se doren y su aroma cubra la cocina como una manta de calidez.
El truco es dejarlas respirar al principio, para que no se queden apelmazadas. Deja que se doren sin prisa, casi como si estuvieran bailando en la sartén, lo que dará un sabor único a tu risotto de setas que recordarás.

6 - Incorpora mantequilla y queso parmesano para cremosidad
Cuando el arroz esté a punto, añade el último cucharón de caldo y deja que el risotto con setas empiece a dibujar su cremosidad. Entonces, incorpora las setas salteadas, una pizca de sal, el resto de la mantequilla y parmesano rallado. Este es el momento de la magia familiar.
Remueve con ganas para que el queso se funda y la mantequilla abrace al arroz, otorgándole esa textura melosa y sabrosa que todos amamos. Este paso es esencial para alcanzar el equilibrio perfecto de risotto de setas, al igual que un domingo soleado completaría una semana de recetas inolvidables.

7 - Plato listo: ¡sirve y disfruta tu risotto de setas!
Cuando el risotto de setas llega a esa textura melosa que te hace soñar con la Toscana, es momento de apagar el fuego y dejar que repose. ¿Por qué? Estos minutos son pura magia: el arroz sigue absorbiendo el sabor y la cremosidad, perfeccionando el plato sin esfuerzo.
Sirve este manjar italiano en platos hondos, cubriéndolo con unos toques de parmesano rallado, unas setas que hayas reservado y, si te apetece, un chorrito de aceite de oliva virgen extra para darle brillo. ¿Te gusta un toque verde en tus platos? Una pizca de perejil fresco picado puede ser la guinda del pastel.
