Conclusión
Voilà, ya tienes un cuscús de maíz que te va a conquistar desde la primera cucharada. Te lo digo yo, que lo he hecho como un millón de veces y cada vez me gusta más. Esa mezcla de sabores dulces y aromáticos de las pasas y almendras siempre resulta mágica. Y si alguna vez te pasas con el caldo y queda un poco más caldoso, no pasa nada, eso le da un toque único. Ahora que ya lo tienes listo, solo te falta decidir si lo compartes o mejor lo disfrutas en solitario, que un buen premio siempre es bienvenido. Ah, y por supuesto, aquí tienes mi recomendación: mientras cocinas, ¡échate un buen vinito y disfruta del proceso! Porque, al final del día, cocinar no solo se trata de comer, sino de disfrutar cada paso del camino. ¡Buen provecho, chef de casa!
