Risotto cremoso de pera y gorgonzola

1 - Sofríe la cebolla hasta que se ponga tierna

Antes de meternos de lleno en la cocina, preparémonos como se debe. Para nuestro increíble risotto de pera y gorgonzola, lo primero es tener el caldo de verduras bien hecho. Es vital, da el toque de hogar que todos buscamos. Si estás pensando en un toque más personal, un buen caldo casero puede ser tu mejor amigo. Y no te preocupes, que añadirle un chorrito de vino blanco al caldo le dará esa chispa que te hará relamerte. Oh, y no olvides cortar las peras en cubos; ¡te aseguro que será fácil!

2 - Añade el arroz y mezcla bien

Calienta un poco de aceite junto con la mantequilla en una sartén. Llegó el momento de darle protagonismo a esas cebollas bien picaditas. Cocínalas a fuego medio hasta que estén blandas y transparentes. Es como acordarte de un buen truco: ¡no hay prisa! Así evitarás que se quemen y amarguen.

Ahora, con las cebollas bien cocinadas, es el turno del arroz Sabroz. Este arroz es la estrella de nuestro risotto de pera y gorgonzola. Su habilidad para absorber líquidos y soltar almidón hará que el resultado sea cremoso y delicioso. Remueve bien para que absorba los sabores. ¡No te saltes este paso!

3 - Incorpora el caldo con amor

Vamos a darle al arroz el cariño que merece, añadiendo poco a poco nuestro caldo bien caliente. Aquí no hay prisa; queremos que el arroz absorba el líquido despacito, liberando ese almidón mágicamente cremoso. Mientras remueves, puedes pensar qué vino abrirás para acompañar este plato principal tan delicioso.

Prueba cómo anda de sal y ajusta si hace falta. Sigue con el caldo, moviendo el arroz durante unos veinte minutos, o hasta que veas que está en su punto. La paciencia aquí es una virtud, pero al final, este risotto de pera y gorgonzola te premiará por ella. ¡No hay más que ver cómo se luce en la mesa!

4 - Dale dulzura a las peras caramelizadas

Mientras se va cocinando nuestro risotto, vamos a darle un cariñito extra a las peras. En una sartén aparte, cortamos las peras en cubos y las mezclamos con mantequilla, miel y un chorrito de limón. Enseguida veremos cómo se van caramelizando y su color se oscurece. ¡Magia pura!

Reservamos estas delicias caramelizadas y hacemos lo mismo con las peras enteras que usarás para decorar. Este toque no solo añade dulzura, sino que también transforma nuestro risotto de pera y gorgonzola en una experiencia única que mezcla lo cremoso con sutiles notas de dulzor frutal.

5 - Añade los quesos y mezcla cremosamente

Cuando el arroz está prácticamente listo y ya empieza a contar sus últimas anécdotas en la olla, es el momento de añadir la mantequilla, el queso gorgonzola y Grana Padano o parmesano. Da unas vueltas con cariño hasta que todo quede bien mezclado y con una textura cremosa que te alegrará el día.

Finalmente, invita a las peras caramelizadas a unirse al festín. Asegúrate de mezclar con suavidad y retirar del fuego una vez todo esté perfectamente integrado. ¡Tu risotto de pera y gorgonzola ya está listo para sorprender!

6 - Decora y presenta con estilo

Es el momento de darle ese toque especial a nuestro risotto. Espolvorea un poco de ralladura de limón y añade más queso para que el plato quede irresistible. Unas hojas de albahaca por aquí, una pizca de pimienta por allá y, ¡listo! Este pequeño esfuerzo extra convierte el plato en una experiencia para los sentidos.

Saborear este risotto de pera y gorgonzola es como compartir un abrazo cálido con tu paladar. Ideal para impresionar a tus invitados o, simplemente, disfrutar de un plato principal italiano vegetariano único. ¡Prepárate para recibir elogios!