Arroz con pollo y conejo: receta tradicional

Sofrito de carne, la base del sabor

Comienza calentando una paellera o una cazuela grande a fuego medio y añade suficiente aceite de oliva virgen extra para cubrir el fondo. Incorpora el pollo y el conejo troceados. Es importante dorar bien la carne, ya que esto añadirá una capa rica de sabor al plato. El conejo, al ser una carne más dura, requerirá más tiempo de cocción que el pollo, así que permítele cocinarse hasta que esté tierno y perfectamente dorado.

Remueve la carne de vez en cuando para asegurar una cocción uniforme y evitar que se pegue o se queme. Este proceso puede llevar  entre 15 y 20 minutos, dependiendo de la intensidad del fuego y el tipo de carne. La paciencia aquí es clave para desarrollar los sabores que caracterizan a un buen arroz con pollo y conejo. Una vez que las carnes estén bien doradas, resérvalas.

El sofrito de verduras, la base aromática

Después, añade la cebolla picada finamente y los dientes de ajo enteros o machacados. Sofríe hasta que la cebolla se torne translúcida y comience a caramelizar ligeramente, lo cual es esencial para construir el fondo de sabor del plato. A este sofrito, incorpora las judías verdes cortadas y los tomates rallados, cocinando todo junto hasta que los tomates reduzcan su acidez y se intensifique su sabor.

Es el momento de añadir la cucharadita de pimentón dulce. Añade un poco de agua fría al sofrito antes de incorporar el pimentón para evitar que este se queme, lo que podría aportar un sabor amargo al plato. Remueve constantemente y deja que los sabores se fusionen durante unos minutos más bajo un fuego suave, preparando el escenario para el próximo paso: la incorporación del arroz.

Incorpora el arroz y pasa a la cocción

Ahora que tu base está lista, es hora de añadir el arroz. Esparce el arroz de manera uniforme por toda la paellera para que se impregne bien con el sofrito. Vierte el caldo de pollo caliente, que ya deberías tener preparado y al cual habrás añadido el azafrán infusionado. Esta infusión además de dar color al arroz aporta un aroma y sabor característicos imprescindibles en cualquier buen plato de arroz.

Reduce el fuego a medio-bajo y deja que el arroz se cocine lentamente, absorbiendo los jugos y el caldo. A los 10 minutos de cocción, reincorpora las carnes al guiso y añade las ramitas de romero para aromatizar. Continúa la cocción sin remover el arroz, permitiendo que forme una ligera capa dorada en el fondo, conocida como ‘socarrat’, que es muy apreciada en las paellas valencianas. Deja que el arroz absorba el caldo y listo. ¡Ya puedes disfrutar de este delicioso plato!