1 - Organiza los ingredientes en tu encimera
Antes de que empiece el show culinario, calentemos el motor: vamos a poner el agua a calentar. Mientras sube la temperatura, enciende el horno a tope.
Por otro lado, limpiamos las alcachofas, quitando las hojas duras, y las cortamos en cuartos. Mientras las dejamos en agua con un poco de limón, no olvidemos cortar las judías verdes. ¿Ves que fácil? Ahora toca rallar el tomate y dejarlo listo.

2 - Dorar los ajos
En una cazuela, añade un poco de aceite de oliva virgen extra y, cuando esté caliente, coloca los dientes de ajo sin pelar. Así, tal cual, porque mientras los ajos se doran alegremente, irán impregnando con su aroma al pollo y el conejo troceados. Échalos a la fiesta a media cocción y deja que se doren bien. Una vez que el aroma del ajo haya cumplido su misión, retíralos.

3 - Añade las verduras
Aquí llega el momento de darle un buen empujón al sabor. Añade esas alubias cocidas, las judías verdes y las alcachofas a la paellera y ve moviéndolas con cuidado, como si estuvieras meneando una maraca. Cuando empiecen a ponerse doraditas y aromáticas, las llevamos al borde de la paellera.
Ahora, el espacio se ha abierto para el tomate rallado, colócalo en el centro de la paellera.
4 - El sofrito estrella
Con el fuego medio-alto, echamos el arroz en la cazuela junto con las judías verdes, el ajo y el pimentón. Remueve con cuidado, para evitar que se pegue. Después, integra el resto de ingredientes. Recuerda, no hay prisa. El secreto está en cada vuelta que le das a la cuchara.

5 - Pimentón y caldo a la cazuela
En cuanto esté listo el sofrito, echa la cucharadita de pimentón dulce. Remueve con cariño para que no se queme, y en cuanto esté todo mezclado, añade un litro de agua. La proporción ideal es tener siempre el doble de agua que de arroz.
Déjame confesarte un truco personal: cuando veas el caldo burbujear alegremente, sabrás que todo está en su punto para continuar. Este arroz al horno quiere convertirse en el protagonista de la mesa, y un buen caldo es la clave. Así que relájate, respira hondo y disfruta del aroma delicioso que está tomando forma en tu cocina.
Cuando el aroma del caldo caliente empiece a despertar tus sentidos, es hora de darle un nuevo giro. Añade el arroz, ese protagonista indiscutible del arroz al horno, junto con el vibrante azafrán y un toque de sal. No olvides las especias: son las que harán que todo huela a domingo casero.
Deja que el arroz se empape de toda esta magia, imaginando el momento en que se convertirá en esa cazuela dorada irresistible.

7 - Añade el arroz
Cuando el agua comience a hervir en la olla, es hora de bajar el fuego. Cocinemos ese arroz al horno durante 5 minutos a fuego lento, como quien escucha una canción favorita sin apuros. Tampoco olvides probar y añadir sal si fuese necesario; aquí es donde se hace la magia.

8 - Directo al horno
¿Listos para que el arroz al horno nos transporte directamente a la esencia de la cocina tradicional valenciana? El horno es nuestro aliado. *Tic Tac*, serán alrededor de 12 minutos a 180 grados. No te preocupes, pronto estarás saboreando este delicioso arroz con la familia. ¡Venga, que este plato está creando recuerdos!
Cuando saques nuestro querido arroz del horno, cúbrelo con un trapo limpio. Yo suelo usar uno que huele a lavanda, pero cualquier trapo servirá. Esto ayudará a que el arroz repose y termine de absorber los sabores durante unos 5 minutos. Así que paciencia, mientras tanto puedes preparar el acompañamiento.
La espera no es solo un capricho; es clave para un arroz al horno perfecto. ¿Has notado como el olor comienza a llenar la cocina, como el domingo en casa de la abuela? Eso es lo que buscamos, una fiesta de aromas que te hace sentir en una auténtica comida casera.
