Vamos a darle un buen dorado al cordero. En una sartén caliente y con un poco de aceite, deja que el cordero se dore, como si estuviera tomando el sol en la playa. Cuando empiece a liberar ese aroma que recuerda a domingos hogareños, es momento de retirarlo. Esto ayudará a que tu seco de cordero tenga esa capa exterior crujiente.
Guardamos el cordero dorado en un platito mientras preparamos el resto. Esto permite que repose y conserve sus jugos, aportando un sabor más intenso a nuestro plato principal. ¡No trocees demasiado antes de cocinarlo! Eso lo mantendrá jugoso. Y ahí lo tienes, una parte crucial lista para continuar con el delicioso seco peruano de cordero.
Arrancamos este seco peruano de cordero con una sartén grande, calentita y un chorrito de aceite. El truco es dorar bien los trozos de cordero. Deja que se doren por todos lados sin abarrotar la sartén. Conseguirás una capa exterior crujiente y sellarás los jugos, manteniendo la carne tiernita por dentro.
Una vez doradito, retíralo y ponlo en un plato a descansar. Este paso básico hará que el cordero se llene de un sabor espectacular. El doraíto inicial formará una sabrosa base que se potenciará a fuego lento, garantizando un plato principal lleno de sabor.

Vamos a darle un toque mágico al seco de cordero preparando un sofrito que hará que toda la cocina huela a hogar. En una sartén caliente un poco de aceite, agrega la cebolla roja bien picada y deja que se dore poquito a poco. Cuando el ajo empiece a bailar y saludar con ese aroma inconfundible, sabrás que vas por buen camino. Es momento de incorporar el ají amarillo en pasta y dejar que los sabores se hagan amigos.
Ahora que los ingredientes comienzan a conocerse entre sí, añade el loche rallado. Este es el secreto que dará un toque peruano a nuestro plato principal. No olvides el comino y la pimienta negra molida para acentuar los sabores. Este paso es fundamental para un seco de cordero inolvidable: estarás construyendo la base aromática de un plato con carne lleno de sabor, así que tómate tu tiempo y deja que cada ingrediente cuente su historia.
¡Manos a la obra! En la sartén donde doraste el cordero, añade la cebolla morada cortada en brunoise y el ajo picado. Sofríe hasta que la cebolla esté translúcida y huela a domingo en casa. Este es el momento en el que el sabor empieza a dejar sin palabras a quien lo huela.
Añade la zanahoria en rodajas y el cilantro licuado. Remueve con amor y deja que se cocine a ritmo lento. Verás cómo la mezcla se empieza a espesar, como preparándose para ser protagonista de este inigualable plato con carne lleno de sabor.

Añadimos la carne, la pasta de ají amarillo, el cilantro y la chicha de jora
Es hora de darle una calurosa bienvenida al cordero. Añádelo con mimo a la olla junto con la pasta de ají amarillo y el cilantro fresco. Deja que los aromas se mezclen y transporten tu cocina a la de una abuela peruana. ¿Puedes ya sentir el abrazo aromático?
Cuando todo esté bien integrado, es el momento de la magia líquida: la chicha de jora. Agrégala y observa cómo empieza a danzar con los sabores. No te olvides de remover suavemente, como quien no quiere interrumpir una conversación sabrosa. ¡Tu seco de cordero está tomando forma!
Ha llegado el momento de devolver al cordero a la sartén. Añade la pasta de ají amarillo, el cilantro licuado y la chicha de jora con ají panka. Mezcla bien para que estos ingredientes impregnen la carne, llenándola de esos sabores peruanos intensos y tradicionales que hacen de este plato principal una verdadera delicia.
La pasta de ají amarillo da un toque picante y afrutado, mientras que la chicha de jora proporciona una acidez suave que equilibra el seco peruano de cordero. Estos ingredientes transforman la base en un aroma fascinante. Deja cocinar a fuego lento, dejando que los sabores se mezclen en un plato con carne lleno de sabor.

Aquí viene la esencia del sabor en nuestro seco de cordero. Añade el loche rallado y una pizquita de comino. Es como un toque secreto que sólo tú conocerás. Y no olvides sazonar generosamente con sal y pimienta; así mantendrás el equilibrio perfecto en cada bocado.
Confía en tu instinto al sazonar, porque, como bien sabemos, nadie conoce mejor tus gustos que tú mismo. Ve probando y ajustando a medida que avanzas. Verás cómo estos ingredientes, aparentemente sencillos, transforman el plato en una experiencia inolvidable.
Cuando la carne ya se ha impregnado de ese sofrito lleno de sabor, es el momento de revolucionar tu seco de cordero. Añade loche rallado, una pizca de comino, y salpimienta a tu gusto. El loche aporta un toque dulce que hará que tu plato sepa a gloria pura.
¿No es maravilloso que mientras cocinas, la cocina ya huele a domingo? Déjalo todo a fuego lento, permitiendo que el loche se derrita y la salsa espese. Y si piensas que falta sal o pimienta, ajusta como quieras. Añade agua y un puñado de guisantes para el final.

Para el acompañamiento perfecto de tu seco de cordero, vamos a preparar un arroz rápido pero delicioso. Usa un vasito de arroz redondo Brillante al microondas. Sigue las instrucciones del paquete y en solo un par de minutos tendrás el compañero ideal para este plato principal peruano lleno de sabor.
Recuerda que el arroz está ahí para absorber todos los jugos del cordero y esas especias que hacen bailar a tus papilas gustativas. Mientras se calienta, puedes ir revisando que el cordero esté justo en ese punto en que se deshace de ternura. Sí, sé que parece magia, pero créeme, ¡es pura cocina vivida!
Para que el seco de cordero brille, acompáñalo con nuestros vasitos de arroz redondo que se preparan en un santiamén. ¿Quién no ha buscado rapidez y sabor en un mismo bocado? Simplemente calienta cada vasito en el microondas durante 1 minuto.
El arroz es como una esponja de felicidad que absorbe todos los jugos del estofado. Quedarás encantado con la combinación, y es que una comida completa sin complicaciones es todo un regalo. ¡Perfecta para los días ajetreados! ¿Quién se resiste al sabor de un buen seco peruano de cordero?

Justo antes del gran final, toma un instante para dar ese toque de frescura irresistible. Espolvorea generosamente cilantro fresco picado por encima de tu seco de cordero. Puedes acompañarlo con alubias ligeramente hervidas para que el plato quede perfecto y sin gluten. Aquí tienes un plato principal peruano digno de recordar.
El momento de servir el seco de cordero ha llegado, y aquí es donde la cocina se transforma en un festín para los sentidos. Coloca el estofado junto a unos vasitos de arroz y alubias, creando un plato balanceado que te dará ganas de repetir. ¡La combinación de sabores es simplemente única!
Para darle un toque extra, puedes acompañar tu receta de alubias guisadas, cuyo sabor suave y textura cremosa complementan de maravilla al cordero. Nadie podrá resistirse a esta deliciosa combinación que invita a disfrutar sin prisas.
