Arroz meloso con setas y gambas

1 - Dorar las gambas con cariño

Comienza calentando un poco de aceite de oliva en una sartén a fuego medio, hasta que casi puedas oler ese aroma inconfundible de las cocinas caseras. Añade las gambas, que al contacto parecerán hacer un bailecito de bienvenida, y saltéalas hasta que alcancen un tono ligeramente dorado. Procura no cocinarlas del todo, ya que más adelante se unirán a la fiesta del sabor en nuestro arroz meloso.

Reserva las gambas aparte, manteniéndolas calentitas, como si estuvieran esperando su momento estelar. ¿A quién no le gusta el protagonismo ocasional? Pronto volverán a la sartén para mezclarse con todas las delicias que este arroz meloso con setas tiene reservadas.

2 - Cocinar las setas hasta que brillen

Una vez que las setas estén listas, es el momento de incorporar la cebolla caramelizada, los ajos picados y la pasta de choricero. Continúa cocinando suavemente a fuego medio mientras remueves; notarás cómo la cocina empieza a llenarse de un aroma increíble. Añade la pasta de tomate y el pimentón, y échale un generoso chorrito de vino.

Devuelve las gamas a la sartén para que se empapen de todos estos gustos y aromas. Remueve con cuidado, evitando que el arroz se pegue. ¡Y listo! Tu arroz meloso con setas está a un paso de convertirse en una delicia digna de los paladares más exigentes.

3 - Incorporar el arroz y el caldo delicioso

Perfecto, aquí vamos. Prepara la sartén, porque toca darle un buen bañito a nuestras setas y compañeros de platos. Vierte el caldo de pescado bien calentito en la sartén y, mientras el aroma empieza a transportarte a un domingo junto al mar, lleva esta mezcla a ebullición.

Ahora, con amor y paciencia, el arroz entra en escena. Ya sabes, cógelo con cuidado, lo esparces de manera uniforme y bajas el fuego. La idea es cocinarlo a fuego medio-bajo, removiendo de vez en cuando hasta que nuestro arroz meloso con setas esté al dente. ¡A cocinar se ha dicho!

4 - Dejar reposar y servir con estilo

Llegó el momento de dar ese respiro necesario, así que aparta la sartén del fuego y deja reposar el arroz unos minutos. Este pequeño descanso permite que los sabores se conecten, como una charla amena entre amigos. A la hora de servir, dale un toque vivaz con perejil fresco picado y prepárate para disfrutar de un plato repleto de sabor. ¡Buen provecho!