Morcilla de arroz, un sabor que es tradición

1 - Listo para cocinar: prepara todos los ingredientes

Antes de ensuciarte las manos, deja al alcance todo lo que necesitas. Comienza por cortar la cebolla y el pimiento rojo en brunoise, como un bailarín que desliza suavemente por el tablón. Cortados en brunoise, aportan un sabor sutil que hará un sofrito memorable.

Desmenuza la morcilla de Burgos y despójala de su piel, no tengas miedo de meter las manos, es como descubrir un secreto culinario. Luego, ten listos los 150 gramos de arroz Sabroz de Brillante, perfecto para absorber cada gota de sabor sin perder su esencia.

Cortados en brunoise, aportan un sabor sutil que hará un sofrito memorable.

2 - Sofríe las verduras y despierta los aromas

En una cazuela o sartén amplia, calienta dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra y añade la cebolla y el pimiento rojo. Cocina a fuego medio hasta que la cebolla esté transparente y el pimiento empiece a ablandarse. Este sofrito es la base aromática que va a impregnar de sabor cada grano de arroz. No tengas prisa: unos minutos a fuego medio marcan la diferencia.

3 - Agrega el tomate y déjalo concentrar

Cuando las verduras estén listas, añade con cariño los 100 g de tomate natural triturado. Remueve bien, como quien acaricia el arroz en la cazuela, para lograr una mezcla perfecta. Cocina a fuego medio durante 5-7 minutos. Deja que el tomate se compacte y se evapore el exceso de agua.

El objetivo es lograr un sofrito espeso, de esos que al probarlos cierras los ojos y te lleva a tu infancia. Tiene que ser una base con carácter, que potencie todos los sabores de esta morcilla de arroz sabor y tradición que, estoy seguro, te va a enamorar.

4 - Añade la morcilla y mezcla bien

Una vez que el tomate esté a punto de convertirse en una suave reducción, es el momento de darle protagonismo a nuestra estrella: añade la morcilla de arroz desmenuzada y mezcla bien. Remueve con suavidad durante un par de minutos para que la morcilla de arroz suelte ese toque inconfundible que dará un sabor espectacular al plato.

5 - Aromatiza con pimentón y vino: ¡sorpresa!

Con el sofrito marchando a buen ritmo, llega el momento de darle chispa a nuestra morcilla de arroz. Si te va la marcha, añade una cucharadita rasa de pimentón, dulce o picante, tú decides. Remueve sin pausa, que no queremos sorpresas amargas en esta maravilla tradicional.

Seguidamente, es hora de añadir 100 ml de vino tinto y aumentar el fuego durante un par de minutos. Vamos a evaporar el alcohol y a guardar ese toque aromático del vino. Este pequeño gesto ofrecerá un contraste perfecto con la morcilla. ¡Ya casi lo tienes!

6 - Incorpora el arroz y cocínalo a fuego lento

Imagina esa danza perfecta en la sartén: el arroz Sabroz de Brillante, la cebolla y la morcilla, todos tomando ese delicioso aroma a vino reducido. Aquí viene el truco, cuando añadas el arroz, rehógalo un minutillo para que se nacare, es decir, que los granos se sellen y concentren sabor.

Ya rehogadito, es el momento de verter unos 350 ml de caldo o agua caliente, dando al arroz su esperado baño de sabor. Mantén la cocción a fuego medio y dale 17 minutos para que haga su magia. Remueve ocasionalmente, no queremos un arroz pegajoso, sino uno que absorba los intensos sabores de la morcilla.

7 - Decora y presenta con un toque irresistible

Mientras el arroz disfruta de su tiempo de cocción, aprovecha para dorar algunas rodajas de morcilla en una sartén aparte. Cuando estén crujientes por fuera, sabrás que están listas. Este toque aportará el crujiente perfecto al plato.

Cuando el arroz esté en su punto, sírvelo en platos hondos o en la misma cazuela. Coloca las rodajas de morcilla doradas por encima. Es un extra de sabor y una presentación que hará que tus comensales queden sorprendidos.