Arroz con pollo y costillas al estilo mallorquín

1 - Listo para comenzar a cocinar tu arroz con costillas y pollo

Antes de sumergirte en la cocina, asegúrate de tener todos los ingredientes listos, como cuando huele a domingo en casa y todo fluye perfectamente. Corta las carnes, pica las verduras y mide las especias. La organización previa es tu aliada para que este arroz con pollo y costillas se cocine a la perfección, sin estrés ni sorpresas de última hora.

2 - Vamos a dorar las carnes para darles sabor

Empezamos sofriendo las costillas. Al ser las más durillas, necesitan más tiempo para broncearse bien. Cuando las tengas doradas a tu gusto, añade el pollo y el conejo a la fiesta. Con el fuego en medio-alto, ellos también cogerán ese colorcito que da vida al guiso.

Dorar la carne es el secreto para un arroz con pollo y costillas inolvidable. Los jugos que sueltan al dorarse enriquecerán cada grano de arroz, convirtiendo el plato en un recuerdo del mejor domingo en familia. ¡Vamos, que el aroma lo va invadiendo todo!

3 - Agregamos verduras y especias para enriquecer todo

Una vez que el aroma de la cebolla, el ajo, el pimiento rojo y la judía verde empiece a conquistar tu cocina, añade las setas y el hígado de conejo machacado. Con la mezcla de sal, perejil y sobrasada, el sofrito se transforma en una sinfonía de sabores. Verás cómo el guiso sabroso se va potenciando con cada paso.

Las verduras no sólo aportan sus matices y colores, sino que también crean un delicioso equilibrio en nuestra receta de arroz con pollo y costillas. El contraste de sabores, desde la dulzura hasta el amargor, es como un abrazo de bienvenida al domingo familiar. ¡Prepárate para sorprender a todos con este plato principal!

4 - Incorpora el tomate y la pimienta para cocer

Llegó el momento de darle vida a esa base llena de aroma. Una vez que las carnes y verduras se han dorado maravillosamente, añade el tomate triturado y una pizca de pimienta, cocínalo con cariño a fuego lento durante unos 40 minutos. Así, los sabores se mezclan y se vuelven inseparables, creado ese guiso tan especial.

El tomate es nuestro aliado perfecto, aportando acidez y cuerpo al caldo. Este ingrediente esencial logra balancear la riqueza de todas las carnes y especias. Con paciencia, la cocción prolongada hará que el tomate se desintegre y espese el caldo, haciendo que cada bocado sea una delicia equilibrada y sabrosa.

5 - Echa el caldo y añade el arroz a la mezcla

Añade ahora el caldo caliente a la cacerola y deja que se mezcle con nuestro sofrito, un momento mágico en el que los aromas empiezan a florecer. Justo cuando hierve, añadimos el arroz y lo distribuimos sin apuro, como si cuidáramos un guiso sabroso ideal para cualquier ocasión.

Para un auténtico arroz con pollo y costillas, lo esencial es un caldo con carácter; esta será la clave para que el invitado de honor, nuestro arroz, se llene de sabor. Recuerda no revolver demasiado; tal vez busques esa costra en el fondo, como cuando huele a domingo en casa.

6 - No olvides los guisantes para un toque dulce

Estás casi al final del proceso. Unos minutos antes de que el arroz esté listo, es el momento de darle esa chispa de color al guiso sabroso ideal para cualquier ocasión: añade los guisantes. Estos pequeños toques verdes aportan una frescura inesperada al sabor. Recuerda, la clave es que mantengan su textura. ¡Arroz con pollo y costillas jamás ha sido tan vibrante!

7 - ¡Sirve caliente tu delicioso arroz con costillas y pollo!

Para el toque final, coge un poco de perejil fresco picado y espolvoréalo generosamente por encima. Este pequeño gesto no solo da un toque de color irresistible, sino que también añade un frescor inconfundible que hará que tu arroz con pollo y costillas se convierta en un plato principal memorable. ¡Listo para disfrutar!